El ministro de Finanzas, Euclid Tsakalotos, lo logró: Grecia alcanzó un acuerdo con sus acreedores (el Banco Central Europeo, la Comisión Europea, el Mecanismo Europeo de Estabilidad y el FMI) sobre las reformas pendientes a su sistema financiero. De esta manera sortea un importante obstáculo que retrasaba la entrega de nuevos fondos de rescate al país. 

Como se recuerda, en julio pasado Grecia firmó un nuevo programa de ayuda por hasta US$95,000 millones, pero la entrega de parte de un tramo inicial había sido postergada por desacuerdos sobre las ejecuciones de las hipotecas de viviendas y el manejo de deudas tributarias con el Estado.

Tsakalotos dijo ante las agencias de noticias que el acuerdo implica que el parlamento griego ahora debe ratificar las reformas y convertirlas en ley, y que los viceministros de Finanzas de la Eurozona respaldarían el pacto el viernes. 

Eso permitiría la entrega de US$2,150 millones y de unos US$10 mil millones para recapitalizar a los cuatro principales bancos del país.

Grecia se ha mostrado dispuesta a completar su primera evaluación bajo el nuevo paquete de rescate, el tercero desde el 2010, para poder iniciar las negociaciones con sus prestamistas sobre una disminución de su deuda.

Las negociaciones se habían estancado previamente por un desacuerdo sobre el nivel de protección a los propietarios de viviendas primarias que no puedan pagar sus hipotecas, el pago de deudas de impuestos y pensiones, además de ingresos por el impuesto al valor agregado.


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