Ayer lo comentábamos en una nota sobre la cumbre del Grupo de los 20: uno de los objetivos de este bloque es enfrentar el terrorismo mediante el quiebre del financiamiento del Estado Islámico (ISIS). Y es que una de las principales vías de financiación de éste consiste en la producción y venta de petróleo.
Las estimaciones son muchas y variadas pero, según fuentes del mercado, si se tienen en cuenta los datos de producción de crudo en Siria e Iraq previos al inicio del conflicto y los que manejan ahora, sin olvidar que se trata de un crudo que no ha desaparecido de la oferta mundial, la organización puede estar produciendo entre 1.5 y 2 millones de barriles diarios. Una cantidad que la situaría en el noveno puesto de producción de petróleo de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP).
Como lo recuerda el diario español ElEconomista, el 13 de julio del año pasado el precio del petróleo americano llegó a US$106, impulsado por la inestabilidad política en Iraq: según explicaba Bloomberg, un grupo de rebeldes que se hacía llamar Ejército Islámico en Iraq y el Levante había tomado la ciudad petrolera de Kirkuk, donde se encontraba la segunda reserva de crudo más grande del país. Ese ejército es ahora el Estado Islámico y controla todos los yacimientos de Siria. En setiembre capturó el último yacimiento petrolífero en manos del gobierno sirio: Yezl, al noroeste de Palmira y próximo a una región que contiene los principales campos de extracción de gas del país.
Algunas fuentes hablan de un nivel de generación de petróleo de 1.5 millones de barriles al día, mientras otras llegan a alcanzar los 2 millones de barriles, prácticamente lo que producían Siria e Iraq antes del conflicto.
A diferencia de Al-Qaeda, que se financiaba principalmente a base de donaciones, las finanzas del Estado Islámico se basan en la producción de petróleo. Según el diario británico Financial Times, la operación de venta de petróleo que maneja el Estado Islámico no es muy diferente al funcionamiento de una gran compañía estatal. Según ciudadanos sirios que accedieron a hablar con el diario, los terroristas contratan expertos en el sector, ingenieros, trabajadores cualificados y ofrecen salarios competitivos acordes con la experiencia de cada trabajador. Los traders estacionan sus camiones en largas colas, a la espera de llenar sus tanques, y compran el crudo a un precio que varía entre US$25 y 30, para después venderlo a refinerías o intermediarios a precio de mercado.
En medio de todos los discursos que condenan el terrorismo y abogan por la paz, fuentes del mercado sospechan que entre los compradores de petróleo a la organización terrorista pueden encontrarse algunas multinacionales estadounidenses que operan en la región.
(Foto: www.pri.org)
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