Como en sus épocas presidenciales, cuando se sentía 'todopoderoso', Alberto Fujimori señaló, a través de una carta escrita por él mismo, que no ha recibido a 650 personas aunque sí reconoció haber tenido -en tres meses- esa cantidad de visitas (todas ellas registradas). La misiva fue compartida en cuenta personal de Twitter

Valiéndose de su habilidad con los números, el exmandatario -condenado por delitos de lesa humanidad y corrupción- hizo un cálculo con las visitas que recibe de familares, amigos cercanos y "de gente que viene de todo el país, por día de visita". 

Este descargo lo hizo a propósito de un reportaje de El Comercio que daba cuenta del elevado número de visitas que recibe a pesar de que tiene un régimen de reo ordinario. El diario, además, recalcaba que el expresidente -preso en la Diroes- recibe en su 'oficina' a varias personas, cinco días a la semana y no tres como lo hace un preso común. 

Sobre la 'aclaración' de Fujimori hay que señalar que el informe del diario no señalaba que había recibido a 650 personas. En realidad el punto central de la investigación es que viene ejerciendo un rol importante en la campaña electoral de su hija, Keiko Fujimori. 

En efecto, se hacía hincapié en que el padre de la candidata presidencial de Fuerza Popular recibía a autoridades políticas y empresarios. Incluso uno de los visitantes, Juan Cayro Rojas (exgerente general del Gobierno Regional del Puno), dijo que fue tentado para ser candidato al Congreso.

Por supuesto, la carta de Fujimori no dice nada sobre esto y su descargo busca desviar la atención de lo que algunos analistas políticos han apuntado hace unos días: que Alberto Fujimori todavía tiene poder de decisión dentro de Fuerza Popular. 

Ademñas, el preso de la Diroes reclama su derecho a ver a quién le de gana: 

"No estoy condenado al aislamiento, lo cual da derecho a recibir visitas de todo tipo de ciudadanos sin distinción. En las conversaciones se tocan diversos temas que se originan generalmente por interés de los visitantes.  [...] Durante siete años, he tenido el derecho de recibir visitas. Estoy sentenciado y preso, pero no muerto todavía". 

Estas palabras no deben distraernos de un hecho concreto: que Fujimori no quiere cumplir las normas de un reo ordinario. Incluso, la semana pasada se publicó una entrevista política que dio a un medio chileno, a pesar de que sabía que no podía hacerlo. ¿Puede un condenado por delitos de lesa humanidad tener tantos 'privilegios'?

A raíz de este reportaje, el INPE ha ordenado que el Consejo Nacional Penitenciario inicie una investigación profunda sobre las visitas que recibió Fujimori entre el 1 de agosto y el 28 de octubre de este año. La medida dispone que el establecimiento penitenciario de las Diroes emita un informe detallado sobre este tema. 

Además se ha solicitado al Consejo Técnico Penitenciario del penal de Barbadillo que aplique lo dispuesto 20 del Código de Ejecución Penal que reglamenta el procedimiento y el número de visitas en los establecimientos penitenciarios.

[Foto de portada:USI]

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