Los partidos entre Argentina y Brasil son conocidos como "el clásico sudamericano", en virtud a toda la movida que se genera alrededor cuando se enfrentan en una cancha de fútbol. Ambos países sienten el fútbol como pocos en el mundo.
Desde quién tiene más títulos mundiales, pasando por en qué tierra está el mejor futbolista del mundo (Maradona y Pelé), hasta la supremacía en Sudamérica, son temas que le ponen sabor a este encuentro.
Sin embargo, este clásico es "joven" en el fútbol mundial. Cuando la Confederación Brasilera de Fútbol (CBF) fue fundada en 1914, en Argentina ya se jugaba este deporte dos décadas atrás. Los primeros enfrentamientos, por el Campeonato Sudamericano de Fútbol (hoy Copa América) terminaron en sendas victorias argentinas. Se decía que por aquellos años, los brasileros "recién" aprendían a jugar.
Más antiguo es el clásico entre Argentina y Uruguay; y aunque sigue vigente, ya no trasciende tanto como el Argentina-Brasil. También es verdad que hay cierta rivalidad entre estos últimos y los uruguayos a raíz del "maracanazo" de 1950, pero más pasa por el respeto que le tienen los brasileros a su "sombra" charrúa.
LOS COMIENZOS
Entre 1916 y 1957, Argentina y Uruguay ganaron 20 campeonatos sudamericanos (11 los albicelestes y nueve los charrúas). Brasil apenas había ganado tres (1919, 1922 y 1949, todos en condición de local), mientras que Perú (1939) y Paraguay (1953) se atrevieron a romper el molde.
En cada campeonato, la canarinha metía escandalosas goleadas a todos sus rivales, pero "arrugaba" cuando enfrentaba a equipos del Río de la Plata, que terminaban disputando las finales. Esa fue una constante en la mayoría de los primeros 25 torneos de fútbol de América del Sur.
LA APARICIÓN DE PELÉ
A partir del mundial de Suecia 1958, que fue ganado de punta a punta por Brasil con un jovencito y brillante Pelé, la historia comenzaría a cambiar. La verdeamarelha ganó dos mundiales más (1962 y 1970) y de alguna manera, "equilibró la balanza" con los rioplatenses.
Al hecho de que la Selección de Uruguay empezó lentamente una decadencia, se sumó que clubes argentinos (Independiente, Racing y Estudiantes) destacaron en la Copa Libertadores, teniendo partidos intensos y vibrantes con el Santos brasilero, donde jugaba Pelé, en los años 60. La rivalidad entre la verdeamarelha y la albiceleste empezó a nacer a partir de los duelos entre clubes.
A nivel de selección, Argentina intentó equilibrar la balanza en 1978, cuando ganó la Copa del Mundo en su país; y con un grandioso Maradona, alzó otra vez el trofeo mundial, esta vez en México, ocho años más tarde. Brasil respondió en 1989, ganando la Copa América luego de 40 años, en el Maracaná. Pero la albiceleste venció en este torneo en 1991 y 1993.
A partir de allí, hay cierta supremacía de Brasil: otras dos Copas del Mundo (1994 y 2002) y cuatro Copas América (1997, 1999, 2004 y 2007). En la Copa Confederaciones también se impuso (cuatro títulos contra uno argentino). Argentina ganó dos oros olímpicos (2004 y 2008); pero sin desmerecerlo, este torneo ha perdido el brillo que tuvo en la época en que Uruguay lo ganó dos veces (1924 y 1928).
LA ESTADÍSTICA DE LOS PARTIDOS
Tras una ventaja argentina por años, en los duelos el asunto se ha equilibrado. Según la FIFA, han jugado 96 partidos, con 32 victorias para cada uno y 24 empates. Argentina ha marcado 151 goles contra 147 de Brasil.
Pero los números son fríos. A los argentinos les duele hasta ahora aquel partido de España 1982, en el que el Brasil de Zico, Sócrates, Eder, Falcao y compañía, le asestó un lapidario 3-1, con expulsión de Maradona incluida.
En el caso de los brasileros, esa derrota de 1-0 en Italia 1990, con aquel pase de Diego entre cinco camisetas amarillas, y Caniggia dejando en el piso a Claudio Taffarel, es todavía un mal sabor de boca.
El partido que disputarán hoy por las eliminatorias en Buenos Aires no dejará de tener ese sabor especial, más aún cuando el último cotejo que jugaron por este torneo previo al mundial, disputado en Rosario el 2009, terminó con la primera victoria brasilera en canchas platenses. Que venga ese clásico.
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