La imagen que ilustra esta nota corresponde un taller de mujeres líderes sobre las Campañas de Educación Electoral y Ciudadana que realizaba la Asociación Servicios Educativos Rurales (SER) en la década de los noventa en las zonas rurales del Perú.

"Jugamos un rol importante en el campo, informábamos sobre el proceso electoral que se avecinaba para que los campesinos tomen una buena decisión en las elecciones", recuerda Roger Agüero, presidente de la Asociación SER, que este mes cumple 35 años de vida institucional. 

En octubre de 1980, un grupo de profesionales y sacerdotes peruanos como Edmundo León, Pedro Vásquez y Laureano del Castillo, decidieron apoyar los esfuerzos que realizaban campesinos organizados en defensa de sus derechos y fundaron la Asociación SER. "Se funda en un contexto muy especial en el que habían grandes transformaciones, como la contra-reforma y se volvía a elegir a las autoridades, en el campo hombres y mujeres acudían por primera vez a las urnas. Se inicia la violencia de Sendero Luminoso. En ese contexto, el SER jugó un rol importante apoyando a los gremios nacionales del país, a las rondas y a las organizaciones sociales", señala Agüero, entrevistado por Glatzer Tuesta en Ideeleradio.

Javier Torres, directivo del SER, destaca el trabajo realizado en esos años intensos.

"La cercanía a la realidad campesina nos permitió conocer al país de otra manera. Nos recuerdan por haber dado a conocer el Perú rural a través de nuestros trabajos como el de la campaña de educación rural o el boletín Andenes, en el que se realizaba un trabajo de comunicación diferente donde los mismos campesinos escribían y contaban sus costumbres", recuerda.

El equipo del SER no tuvo ni tiene una mirada paternalista con los campesinos. "Siempre nos preocupamos por tratar de entender qué cosa estaba pasando", afirma Torres, quien recuerda un proceso de parcelación en el valle de Huaura y lo difícil que era entender para algunas ONG que los campesinos no querían más a las cooperativas. "Entendimos que había que escuchar a la gente, y que lo principal era estar en el campo", señala.

Torres recuerda que siempre debatieron con la gente, escuchando e intentando entender lo que decían y querían, aunque también tuvieron discrepancias. "Son procesos de negociación con la gente, porque ellos tienen una mirada y los técnicos tienen otra. Nosotros vivimos toda la década del fujimorismo en el campo y vimos como la gente simpatizaba con Fujimori, pero les planteamos que el que haya logrado la pacificación y los programas sociales no quiere decir que deban firmarle un cheque en blanco a un gobierno que violaba derechos humanos", dice el directivo del SER.

Fue justamente en los años 90 cuando la asociación inició la realización de las campañas de educación electoral y ciudadana.

"El SER es una institución privada sin fines de lucro que busca contribuir al fortalecimiento de la institucionalidad democrática y el pleno ejercicio de los derechos de las personas pobres del país, así como la mejora de sus condiciones de vida", dijo el presidente de la institución.

Luego de tres décadas y media, la situación del Perú ha cambiado y así lo reconocen los directivos. "Han habido enormes cambios y a pesar de que hay problemas de desigualdad, las condiciones de vida en varias zonas rurales se han transformado y mejorado", afirma Torres, quien destaca que el SER "debe ser una de las pocas instituciones que puso agua potable en el campo, cuando el Estado no lo hacía". Ahora, dice, "hay más servicios pero no llegan a ser de la calidad que uno quisiera". "Hay mucho trabajo por delante, porque si bien el Estado llegó a algunas zonas, lo ha hecho con deficiencia y aún falta que llegue a otras", afirma.

"El SER seguirá trabajando 35 años y más para la gente pobre. Lo más importante es que los campesinos y campesinas se sienten ciudadanos y ciudadanas. Lo hecho hasta ahora no es suficiente, por eso queremos seguir trabajando para la gente pobre y rural", afirmó Agüero.


- Conoce más sobre la Asociación SER en su blog de LaMula.pe.