La justicia iraní es implacable a tal punto de llegar a castigar físicamente a aquellos que tienen posturas, opiniones o conductas distintas a las tradicionalmente difundidas por el país. Es así que dos literatos tendrán que recibir nada menos que 99 latigazos por atreverse a darle la mano a personas del sexo opuesto.

Y es que darse la mano con un miembro del sexo opuesto que no sea un familiar cercano, es considerado como una relación sexual ilegítima y casi adulterio.

Además, ambos poetas, Fatemeh Ekhtesari y Medhdi Musavi, también fueron sentenciados a 11 años y medio y 9 años respectivamente de prisión por 'insultar lo sagrado' en sus obras, una condena rechazada tanto por los escritores y artistas como por los activistas de la libertad de expresión. 

Cabe resaltar que ambos escritores publicaron sus libros legalmente después de recibir la aprobación del Ministerio de Orientación Islámica.

Al respecto, la directora de programas de la libre expresión en PEN American Center, Karin Deutsch Karlekar, refirió:

"Los arrestos y condenas de Ekhtesari y Musavi son una parodia de la justicia y generan un escalofrío sobre la comunidad creativa de Irán que ya se encuentra asediada".

Ambos casos contrastan drásticamente con la imagen moderada difundida en la comunidad internacional por el presidente Hassan Rouhani puesto que en el país acontecen una gran cantidad de violaciones a los derechos humanos por parte de las autoridades. 

Antecedentes

Jason Rezaian es un periodista del Washington Post que fue detenido en Irán por cargos de espionaje. El diario denunció la condena y la calificó como una 'injusticia escandalosa'.

Sin embargo, este no es el único caso, pues otros escritores iraníes, menos populares en occidente, también han tenido problemas con la justicia del país. 

El cineasta, Kayvan Karimi, fue hace poco sentenciado a seis años de prisión y 223 latigazos por cargos similares a los de los literatos.

Asimismo, el escritor y productor de televisión Mostafa Azizi y la caricaturista Atena Farghadani, también recibieron penas parecidas.

Al respecto, Hadi Ghaemi, director ejecutivo de la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán, precisó:

"Los radicales no solo van tras los activistas políticos, están decididos a arrancar de raíz cualquier expresión social o cultural con la que estén en desacuerdo".

El Gobierno y el líder supremo

A pesar de que el presidente Rouhani es la figura pública de Irán, los funcionarios y las fuerzas del orden actúan con el apoyo del líder supremo Ayatollah Ali Khamenei. En conjunto, ha impuesto un estado de seguridad en el que las opiniones diferentes son consideradas amenazas a la seguridad nacional y también son procesadas como tales. 

Es así que mientras Rouhani se pronunciaba en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Comité para la Protección de los Periodistas daba cuenta del lamentable historial de Irán en contra de la libertad de prensa. Al respecto, la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán, registró nada menos que 30 periodistas encarcelados, el número más alto después de China:

"Irán ha sido clasificado entre los países que más encarcelan a miembros de la prensa todos los años desde 2009".

(Foto de cabecera: desinformemonos.org.mx)

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