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Publicado: 2015-10-19
Tres mujeres se han apartado del mundo y se han encerrado. Su plan es suicidarse, con el objetivo de llamar la atención de la humanidad, tan indiferente y egoísta, y cambiarla. Sin embargo, durante 24 horas, se encontrarán ante situaciones graciosas que irán obstaculizando sus intenciones.
Esta es la temática de la nueva obra teatral escrita por Diana Gómez Muñoz y dirigida por Sergio García Blásquez, 24 horas para morir, que se estrena este viernes 23 a partir de las ocho de la noche en el Centro Cultural CAFAE-SE de la cuadra 29 de la avenida Arequipa, gracias al colectivo cultural Cuando la luna se caiga. En esta entrevista, Diana nos contó cómo surgió este proyecto, y también nos dio sus impresiones sobre el teatro y la vida.
- ¿Cómo se puede hacer una comedia sobre el suicidio?
- En la comedia negra se pueden tocar temas fuertes, como la muerte. Pero en este caso, fue una excusa para acercarse al radicalismo y extremismo. Las chicas que participan en la obra son suicidas, pero su fin no es el suicidio, sino un medio para hacer que el mundo sea un lugar mejor. Es como esas sectas que consideran que a través de la muerte se llega a algo.
- Como aquellas islámicas fundamentalistas...
- En realidad tomé como referencia a los davidianos, sectas que aparecen en Estados Unidos y en las que la gente hace todo lo que dice su líder, toman una postura y la llevan al extremo como sea, porque están convencidos de que es lo correcto. Y quien no piense así está contra ellos y contra lo que ellos consideren bueno para el mundo. En este caso, ellas piensan que quienes no las siguen, viven una felicidad a costa de que no haya igualdad y que siga la miseria en el mundo. Ellas se apartan del mundo para concentrarse en la idea de la muerte y usarla como un medio.
- ¿Cómo nació la idea de "24 horas para morir"?
- Nace de un drama que escribí en la escuela de teatro, llamada la Buena Muerte, que justamente trataba de unos suicidas. Al leerla daba mucha risa. Siempre uso recursos de la comedia para las cosas que escribo. Creo que la comedIa puede tocar todos los temas, usando la ironía, la sátira. Los actores pueden lucir serios, pero sus respuestas y situaciones dan risa.
- ¿Qué piensas del suicidio? ¿Es un acto de valentía o de cobardía?
- No podría poner a todos los suicidas en el mismo saco. Hay diversas razones por las que uno podría poner fin a su vida, desde la depresión clínica hasta las sectas que piensan que hacerlo es una ofrenda o sacrificio. En ningún caso diría que lo hacen por cobardía, aunque no esté de acuerdo con sus ideas. Tampoco diría lo mismo del depresivo, que ya no puede con su mundo. Lo rico del teatro es que te permite mostrar a los seres humanos y sus luchas internas.
- ¿Qué diferencias encuentras con la obra anterior, "¡José, hazte cargo!"?
- Esa obra fue un trabajo colectivo con los actores, a los que reuní para escribir sobre lo que nos preocupa como generación. Como eran hombres y todos estaban por los 30 años, salió el asunto del miedo a hacerse cargo y tomar decisiones que tendrán consecuencias. Y allí surgió el tema de la paternidad, la homosexualidad, de cómo los hombres perciben a las mujeres, y cómo estas pueden dominarlos. En cambio, 24 horas para morir nace de una inquietud mía sobre cómo nos podemos aferrar tanto a algo y nos jugamos todo. Y también partió de lo que veo en la política, la incomprensión del otro: si digo A, soy caviar o izquierdista, y si digo B, eres fujimorista o facho.
- Y llegamos a la polarización ...
- No quieres comprender, porque piensas que solo tú estás en lo correcto, y los demás están mal; por eso no los escucho y los juzgo y los bloqueo de mi vida. Siempre he cuestionado eso. Para mucha gente, si quieres dialogar eres light.
- En "¡José, hazte cargo!" había cuatro hombres y una sola mujer actuando. ¿Por qué en esta obra solo hay mujeres?
- No he pensado en eso, debí estar inconsciente (risas). Los personajes mujeres me parecen hermosos, porque son muy pasionales y luchadoras. En el caso de esta obra, son de las que se meten en algo hasta el final. En mi inconsciente no ubiqué hombres con esas características, pero debe haber.
- Eso puede ser porque, tanto hombres como mujeres, tenemos esos patrones inconscientemente...
- Y además está en el imaginario que solo las mujeres puedan estar durante años encerradas en una casa, y no los hombres. Pese a ello, la comedia juega con los estereotipos y trata de darle vuelta.
- ¿Por qué hacer teatro en un país que no valora mucho esta expresión cultural?
- Para mí es un vehículo de comunicación para decir lo que pienso. Y no solo recibes un mensaje, sino que tienes estímulos sobre ese mensaje, como emociones, sentimientos. El teatro es el mejor vehículo para comunicar lo que quieres decir.
- ¿Más que otras artes escénicas?
- No sé si más, pero a mí me calzó perfecto. Por ejemplo, la danza: yo no bailo (risas). Yo no pinto. Me puede gustar una pintura, pero si no puedo entenderla, no me gusta. Pero con el teatro, cuando yo lo veía, me generaba muchos sentimientos y me quedaba reflexionando sobre muchas cosas.
- ¿Qué esperas de "24 horas para morir", y del público?
- Espero que la gente pueda identificarse con algo. No necesariamente con las ideas, pero sí con los personajes. Por ejemplo, en ¡José, hazte cargo!, había gente que me decía, "la chica es igualita a mi ex", o "yo tuve un enamorado que hacía lo mismo". Para mí eso es más gratificante que generar una reflexión o un cambio. No creo que el teatro tenga tanto poder para generarlo, sino ya lo hubiera hecho.
- Hablando del cambio, ¿qué piensas de obras como "La Cautiva"? ¿Crees que ha generado eso?
- Es muy valiosa para el teatro peruano. La violencia política es una historia ajena para muchos, y pueden verla a través del teatro como real. A eso me refiero cuando digo que el teatro es un motor de comunicación importante. Quizás de dos mil que la hayan visto, 800 no sepan del tema, pero luego aprendieron. Fue muy poderosa y por eso generó polémica, sino nadie le hubiera dado bola.
- ¿Qué proyectos se vienen luego de "24 horas para morir"?
Tengo varios proyectos para hacer microteatros, en los que pueda tratar la concepción de la masculinidad. Quiero saber cómo un hombre tiene que reafirmar su masculinidad, porque si bien vivimos en un contexto machista, donde las mujeres son las más afectadas, los hombres pasan por cosas que los marcan, como la primera relación sexual, qué dicen tus amigos si no juegas fútbol, y cómo tienes que reafirmar que eres hombre todo el tiempo. Es un tema poco investigado en el teatro y quiero desarrollarlo.
Foto de cabecera: Sergio García Blásquez, Diana Gómez Muñoz y Jorge Medina Moretti, del equipo de Cuando la luna se caiga.
