Un saludo a la bandera. Desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde, cerca de 300 mil militantes del Partido Aprista vienen participando en las elecciones internas para definir al candidato presidencial que los representará en las elecciones del 2016.
Esta es una contienda sin rivales, ya que el único precandidato es quien, desde 1982, domina la escena en el partido que fundara Haya de la Torre: Alan García Pérez.
Al respecto, Javier Barreda, integrante de Dirección Política del Apra, reconoció que este proceso servirá para ratificar la cantada candidatura de García. Empero, reiteró que no solo pueden participar los militantes del partido, sino cualquier ciudadano que se acerque a los locales de votación con su DNI.
Pese a que la "victoria" de García será un mero trámite, no será la única elección que se realizará en la interna aprista. También se votará por los delegados que participarán en la Convención Nacional Electoral, que luego elegirán a los candidatos a la vicepresidencia de la República que acompañarán al exmandatario en la fórmula presidencial.
Hace algunos días, fuentes apristas señalaron que la idea de García, para la elección de las vicepresidencias, era que al menos uno de los dos vicepresidentes fuera independiente; y si los dos no eran apristas, mejor. El líder del partido de Haya de la Torre ha dado esta indicación entre sus militantes porque considera que el partido "debe abrirse al pueblo".
DE CÓMO GARCÍA SE CONVIRTIÓ EN AMO Y SEÑOR DEL APRA
En la última entrevista que concedió Víctor Raúl Haya de la Torre al entonces joven periodista Alfredo Barnechea, el fundador del Apra reconoció que había liderado el partido de una manera vertical durante 50 años, pero que luego de su muerte, debía tener "direcciones colegiadas".
Luego del fallecimiento de Haya en 1979, empezó una pugna entre Andrés Townsend y Armando Villanueva del Campo por la candidatura presidencial en las elecciones de 1980. En un polémico Congreso en Trujillo, Villanueva se impuso. Sin embargo, su postulación no pudo ante la Fernando Belaunde por Acción Popular, que se convirtió en presidente por segunda vez.
A partir de allí, la generación de Villanueva y Townsend se vio opacada por aquella derrota, y comenzó a emerger una nueva "camada", que en los años 70 visitaba la casa de Haya en Villa Mercedes: "el Buró de Conjunciones". Entre esos jóvenes figuraban Carlos Roca y Alan García.
García comenzó su carrera política como parlamentario constituyente en 1978, y en 1980 se hizo más conocido por su virulento apoyo a Villanueva en la interna aprista. Como diputado elegido ese mismo año, fue un bravo opositor al gobierno de Belaunde.
Su "llegada al poder" en el Apra se produjo en 1982, cuando en el Congreso de aquel año, con apenas 33 años, fue electo secretario general, imponiéndose sobre el cincuentón Carlos Enrique Melgar. A partir de allí, tuvo el camino limpio para ser el candidato aprista en 1985.
Pese a su criticado gobierno, en 1990 García mantuvo una posición de liderazgo en el partido, gracias a que se convirtió en senador. Incluso se creía que podría volver al poder en 1995. El autogolpe de Fujimori lo obligó a buscar el exilio en Colombia y luego en Francia.
Lo que ocurrió en el siglo XXI es historia conocida: García volvió al Perú en el 2001 y fue ratificado como candidato, haciendo que el Apra resurja de sus cenizas. En 2006 volvió a ser presidente de la República, y desde allí, no hay nadie que lo discuta.
Con esto, se cumple lo que pronosticara el desaparecido periodista Hernán Velarde, que en 1981, en una entrevista que le hizo al entonces diputado de 31 años, escribió: "las generaciones apristas del año 2000 tendrán que soportar el peso opresivo de un robusto cincuentón, egocéntrico y casi genial, llamado Alan García".
Foto de cabecera: Imagen de Carlos Tovar Samanez, "Carlín"
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