Un reciente informe publicado por la agencia de noticias Associated Press, centró su atención en las espeluznantes redes criminales de la Antigua Unión Soviética que venden 'material radiactivo a los extremistas de Medio Oriente'.

Y de los cuatro casos a los que tuvo acceso dentro de los últimos años, uno llamó especialmente su interés: el próspero mercado negro de materiales nucleares en un pequeño y empobrecido país de Europa del Este, Moldavia

El problema geográfico

La condición actual de Moldavia viene como consecuencia de un antiguo problema geográfico.

Y es que la desintegración de la Unión Soviética dejó mucho material nuclear esparcido por diferentes naciones, las cuales no tuvieron los recursos para hacerse cargo de ellos por su falta de control e inversión. 

En 1996, Graham Allison, de la Universidad de Harvard, notificó de este problema cuando escribió que el colapso de la sociedad de comando y control rusa dejó un panorama nada seguro:

"El archipiélago ruso de armas nucleares incluye cientos de sitios que ocupan más de una séptima parte del terreno del planeta. Sitios en los que 1.000 toneladas de uranio altamente enriquecido, 100 toneladas de plutonio y unas 30.000 ojivas nucleares están en riesgo".

Asimismo el periodista Douglas Abedul, describió la situación en la revista especializada Foreign Policy:

"Rusia heredó grandes tiendas [de la Unión Soviética] de armas nucleares, químicas y biológicas. Y eran un desastre. Visitantes occidentales que acudieron a los depósitos y laboratorios de armas se sorprendieron de encontrar guardias AWOL, vallas rotas y puertas abiertas. Dos millones de municiones de gas nervioso se descubrieron en descomposición en los graneros de un bosque en Siberia occidental".

La colaboración estadounidense

Asimismo, en los años posteriores, Estados Unidos gastó miles de millones de dólares para ayudar a Rusia a actualizar sus instalaciones nucleares y mejorar su seguridad.

De esta manera, decomisó y destruyó miles de ojivas nucleares hasta que el acuerdo de cooperación terminó a finales del año pasado.

Sin embargo, hay material nuclear que permanece accesible en los distintos lugares de la extinta unión soviética. Y a pesar de que sería difícil robar una ojiva nuclear, los componentes para fabricar una 'dirty bomb', un explosivo convencional envasado con materiales radiactivos, son más fáciles de obtener y transportar. 

Además la radiación no es un impedimento para los extremistas suicidas. 

La investigación

Las indagaciones por parte de la AP se centraron en operaciones encubiertas de las autoridades del FBI y de Moldavia.

Y a pesar de que los informantes encubiertos frustraron muchas transacciones, aún quedan pendientes algunas preguntas acerca de la probabilidad de que los terroristas hayan obtenido grandes cantidades de material nuclear, y lo sigan haciendo.

Al respecto, la agencia de noticias indicó:

"La mayoría de los arrestos fueron hechos después de obtener muestras de material nuclear que venían de lugares que albergaban cantidades mucho más grandes. Esto significa que la mayor parte del material permanece aún en manos de los criminales".

Los casos

En febrero un contrabandista intentó convencer a un representante de Estado Islámico para que comprara Cesio-137, un material capaz de contaminar varias manzanas de una ciudad. 

Sin embargo, este supuesto comprador era en realidad un informante encubierto y el material que recuperó era una variante menos radiactiva que lo que inicialmente le ofrecieron.

Asimismo en el 2011, un informante pudo comprar uranio altamente enriquecido en un circo de la capital de Moldavia. La AP dijo que el material recuperado pudo ser usado para fabricar nada menos que un arma nuclear.

La preocupación

Lo que más inquieta a las autoridades de Moldavia es que los culpables que lograron escapar de sus operativos, posean la mayor cantidad de los materiales nucleares de la extinta Unión Soviética. 

También les preocupa si los vendedores tuvieron éxito en sus ventas a extremistas, en un momento en el que Estado Islámico ha dejado claro que quiere usar armas de destrucción masiva para combatir a sus enemigos. 

Es así que el problema es el mismo que el de hace 20 años: existe un mercado negro porque hay un suministro de material y una demanda mínima. Al respecto, un investigador moldavo dijo a AP:

"Mientras los traficantes piensen que pueden ganar mucho dinero sin ser descubiertos, van a seguir haciéndolo."

(Foto de cabecera: zerohedge.com)

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