Thomas Robert Lindahl es un sueco residente en Reino Unido donde se desempeña como director emérito del Centro de Investigaciones sobre el cáncer en el Laboratoio Clare Hall, pero ese no es su único reconocimiento puesto que hoy recibió el premio Nobel de Química por sus aportes a los mecanismos de reparación del ADN.
Y después de saludar a la Real Academia de Ciencias de Suecia y brindar sus declaraciones pública, Lindahl se mostró agradecido y explicó de manera sucinta los trabajos que vino desarrollando con Paul Modrich y Aziz Sancar para llegara comprender mejor las células humanas, así como su capacidad de reproducción y de autoreparación.
Y según el informe de la organización sueca, las labores de los tres científicos 'mostraron a nivel molecular cómo las células reparan daños en el ADN y protegen la información genética':
"Su trabajo produjo conocimiento fundamental sobre cómo funciona una célula viva y, por lo tanto, fue utilizado en el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer".
Las variaciones del ADN
Cabe resaltar que hace cuarenta años, la ciencia pensaba que el ADN era una molécula estable que no sufría de modificaciones pero el equipo de Lindahl demostró que la información genética decae rápidamente.
Cuando un óvulo es fecundado por un espermatozoide, la célula original se divide en dos, copiando la información genética en cada división. A la semana, con las sucesivas segmentaciones, el embrión tiene 128 células y serán millones con el paso del tiempo y de los años.
Y el ADN de aquella primera célula seguirá casi idéntico al original, si se lleva una vida saludable y sin mayores riesgos.
Sin embargo, el ADN no siempre permanece intacto y es que diferentes factores externos pueden causas daños en él.
Por ejemplo, exponerse mucho a los rayos solares puede dañar información genética y degenerar en una célula, que al multiplicarse, también reproducirá esta deformación. Es así que se origina un potencial cáncer.
Opiniones sobre el tabaco
Cuando se le preguntó a Lindahl acerca de los efectos de fumar en este delicado proceso de multiplicación celular, la respuesta no pudo ser otra:
"El cigarrillo es especialmente peligroso, ya que además de dañar la información genética original de las células afectadas "debilita su capacidad de reparar ese ADN".
Es así que consideró que los químicos que se unen al ADN evitan que este se reproduzca idealmente, lo que trae consecuencias negativas para la salud humana:
"El humo del cigarrillo contiene pequeñas sustancias químicas reactivas, que se unen al ADN y le impiden ser replicado correctamente, por lo que son mutágenos. Y una vez que hallan daños en el ADN, pueden darse enfermedades como el cáncer".
Los estudios de Lindahl
El científico de 77 años evidenció a principios de los setenta que, al ritmo en que el ADN se degrada, nuestro mundo tal como lo conocemos no podría existir. Es así que dedujo que el ADN tenía que utilizar algún medio para repararse, descubriendo de esta manera, un proceso molecular denominado reparación por escisión de base que evita la degeneración del material genético.
(Foto de cabecera: vimeo.com)