Después de que el sacerdote polaco Krzysztof Charamsa se declarara gay y en una relación sentimental a puertas de celebrarse el sínodo sobre la familia, la polémica sobre la visión 'retrógada' de la Iglesia Católica ha acaparado la opinión pública.
Sin embargo, la decisión de Charamsa tuvo también efectos negativos pues el Vaticano separó de su cargo al sacerdote que tenía más de 12 años trabajando para la Congregación para la Doctrina de la Fe, paradógicamente institución encargada de defender la doctrina de la iglesia.
Es así que es probable que el polaco ya no se sintiera a gusto en su puesto ya que su orientación sexual, su decisión de tener pareja y la postura que debía de preservar se contradecían notoriamente.
Y él no es el único religioso en esta situación. A lo largo de la historia se han registrado innumerables casos de sacerdotes que tienen pareja (hombre o mujer) en secreto o de manera pública.
Los matrimonios de sacerdotes
En las iglesias católicas orientales que salieron de la unión de la tradición griega y bizantina, los hombres casados pueden oficiar misas. Es así que se pueden registrar curas coptos o católicos griegos que se unieron a una mujer en matrimonio.
Además los sacerdotes ortodoxos, anglicanos y protestantes también tienen la opción de casarse o en su defecto, mantenerse célibes.
Sin embargo, existen curas católicos apostólicos y romanos, como comúnmente se les conoce a los sacerdotes 'tradicionales' que también han contraído matrimonio.
Es así que la cifra total de sacerdotes casados podría llegar a los 100 mil en todo el mundo, sin contar a los religiosos que no son curas y a las mujeres. Al respecto, la asociación de presbíteros con familia 'Vocatio', señaló:
"Solamente en Italia los sacerdotes casados son 8.000 o 10.000- actualmente hay 30.000 curas en el país- y en todo el mundo la cifra supera los 100.000".
A pesar de estos números, el Vaticano no tiene cifras oficiales de curas no célibes, pero sí un informe sobre los sacerdotes que solicitaron el permiso de la Iglesia para casarse entre 1970 y 1995.
Es así que en 25 años se solicitaron 46.000 dispensas, término para referirse al mencionado permiso. Y entre 1076 y 1977, se pidió el mayor número de solicitudes llegando hasta 3.000.
En estos mismos años, Andrés Muñoz y Teresa Cortés se casaron. Y es que el primero, después de 13 años como sacerdote en España, tomó la decisión de secularizarse en 1979.
Su determinación no fue autorizada por el Papa pues Muñoz no quiso presentar la dispensa para incumplir el compromiso del celibato, un trámite que se realiza a través del obispo, quien luego lo envía a Roma para el análisis del mismo Pontífice.
Cabe resaltar que quien obtiene el permiso debe colgar los hábitos y pierde sus capacidades y derechos para ejercer el sacerdocio y por tanto, oficiar misa.
Sin embargo, los motivos del ex sacerdote respondían más bien a la agilidad de los papeleos:
"En aquél entonces si decías las razones propias tardaban muchísimos años en concederla. Y la otra opción era alegar pérdida de fe, mala orientación de la sexualidad, o cuestiones de mujer e hijos. Pero me pareció vejatorio".
Por estos motivos, Muñoz es el propulsor de una iniciativa que propone el celibato opcional. Y la idea no es tan actual pues el Movimiento pro Celibato Opcional (Moceop) nació en 1977 y hasta la fecha cuenta con unos 200 miembros activos.
Para ellos la iglesia se debe renovar y no solo debería acoger a los curas casados. Al respecto, Cortez afirma:
"Debería ser una iglesia horizontal, igualitaria, incluyente, que no margine a las mujeres, en la que los protagonistas sean las comunidades de base".
Es así que profesan que la iglesia no debería regirse por las categorías de clero y laicos ni tampoco por los ministerios.
Otras alternativas ejecutadas
Un grupo de 26 mujeres enamoradas de curas decidieron expresar directamente sus sentimientos e inquietudes con el Papa.
Es así que en mayo del año pasado, remitieron una carta a Francisco en la que le pedían que deje de obligar a sus compañeros a elegir entre ellas y Dios:
"Nosotras amamos a estos hombres y ellos nos aman a nosotras. No se puede romper un vínculo tan fuerte y hermoso".
Además afirmaban que por este motivo, muchos curas optaban por una doble vida que les obligaba a ocultar a sus parejas:
"Queremos, con humildad, depositar a sus pies nuestro sufrimiento con el fin de que algo pueda cambiar, no sólo para nosotras, sino para el bien de toda la Iglesia".
Y aunque parezca un tema que el Vaticano no quiere tocar, Francisco no tardó en contestar:
"El celibato es una regla de vida que aprecio mucho y creo que es un regalo para la Iglesia. Pero ya que no es un dogma, la puerta está siempre abierta".
¿Qué quiere decir que no se trata de un dogma?
Pues Ciro Benedetti, vicedirector del servicio de prensa del Vaticano, explicó que un dogma es una orden directa de Dios y que el celibato era más bien una decisión disciplinaria del gobierno de la iglesia, una determinación de los hombres.
A pesar de ello, Jorge Otaduy, experto en derecho canónico, afirmó que no se puede limitar el tema a una simple cuestión disciplinaria pues hay razones teológicas de fondo:
"Los sacerdotes deben ser la imagen de Jesucristo, esposos de la Iglesia".
Por otro lado, también explica que en otras iglesias no hay celibato obligatorio más bien por cuestiones históricas:
"Desde los inicios de la Iglesia siempre ha estado muy clara la conveniencia del celibato, ya que éste permite una dedicación exclusiva a la comunidad".
La polémica sobre los orígenes del celibato
Tanto las organizaciones aperturistas como el especialista tienen opiniones encontradas en referencia a los inicios del celibato.
Y es que para los primeros, los apóstoles estaban casados y el celibato no era obligatorio hasta el concilio de Trento en 1545.
Por otro lado, Otaduy asegura que se dio mucho antes en el concilio de Elvira, entre el año 300 y 324, en la actual Granada, España.
El poder y el dinero
Sin embargo y a pesar de las fechas de los concilios ¿por qué la medida sigue vigente?
Para Andrés Muñoz, exsacerdote católico, el poder y la economía son las principales razones:
"La sexualidad es una de las pulsiones humanas más importantes, y si la controlas tienes mucho poder sobre esa persona. Así que a la Iglesia le interesa seguir teniendo ese poder".
"Además, si eran célibes, cuando morían las herencias pasaban directamente a manos de la Iglesia, ya que no había ninguna otra parte con legitimidad para recibirlas".
Acciones en contra del celibato
En el 2013 Keith O'Brien, arzobispo de St Andrews y Edimburgo, principal representante de la iglesia católica de Escocia, dijo que no hay ningún argumento teológico para impedir el matrimonio de los sacerdotes:
"No tengo ningún problema con el celibato se acabe. No hay un gran argumento teológico que lo impida, ni habrá ningún problema teológico si se acaba".
Por otro lado, monseñor Erwin Kautler, obisco austríaco residente desde hace 30 años en la parroquia de Xingú, Brasil; también apoya la causa:
"No estoy defendiendo el fin del celibato. Defiendo el principio que presidir sobre el sacramento de la eucaristía, por ejemplo, no sea una prerrogativa exclusiva de un hombre célibe".
De la misma manera, el sacerdote Felipe Berríos quien se desempeña en Chile, hizo referencia al polémico tema:
"El celibato va a ser algo que va a tener que revisarse (...) cuando entré a la Compañía (de Jesús), el celibato era un signo de generosidad, un signo que hacía más creíble la entrega que tenías. Pero hoy no es nada de eso. Al revés: es un signo de sospecha y que te hace poco creíble. La gente sospecha de los curas porque somos célibes".
Sin embargo y a pesar de los intentos y palabras del Papa Francisco, la decisión de la Santa Sede va tardar mucho en manifestarse puesto que la Curia es una institución muy antigua, poderosa y cerrada a la modernidad.
(Foto de cabecera: revistapantallas.com)