El pasado jueves el sexto golpe de estado  en la historia de Burkina Faso interrumpió la transición a la democracia de dicha nación de África occidental con la toma del poder de una junta militar y la detención del presidente Michel Kafando y el primer ministro Isaac Zida. Una medida que días después de transformó en arresto domiciliario y que ha devenido finalmente en una especie de asilo en la Embajada de Francia de Ugadugú.

El embajador Gilles Thibault confirmó que Kafando se encuentra en la sede diplomática a la espera de la rendición de la junta golpista que se encuentra al mando del país.

Este lunes ya se habían comprometido a devolver el poder a Kafando y el Gobierno de transición, luego de llegar a un acuerdo impulsado por mediadores regionales africanos, esto luego de que el Ejército empezara a movilizar sus tropas con dirección a la capital. Según ha trascendido, se encuentran a la espera de su llegada para negociar, sin resistencia alguna, los términos de su rendición.

Los jefes de las Fuerzas Armadas del país han informado que el objetivo es desarmar a la Guardia Nacional sin derramamiento de sangre. Para ello han instado a los aproximadamente 1500 efectivos miembros de dicha facción a deponer las armas a cambio de protección para sus familias.

La libertad del primer ministro Zida ha sido la muestra de 'buena voluntad' y compromiso dada por los golpistas, aunque de momento no se ha comunicado el momento en que está se producirá.

Gilbert Diendéré, líder de los golpistas ha anunciado de momento que pedirá perdón al país a través de las pantallas de televisión por la acción que encabezó y que ha llevado a la muerte al menos a diez personas desde que se iniciara el conflicto.