Más de un año después de haber publicado en su blog un post sobre su experiencia personal en torno a la masturbación, a Sandra Campó (Lima, 1983) se le ocurrió hacer un libro de testimonios de mujeres que contaran -al igual que ella- sus aventuras autoeróticas.

Se sentó a conversar con siete mujeres para hablar cara a cara de los placeres secretos y los orgasmos divinos del sexo en solitario. Nunca antes había hablado de la masturbación femenina con otras mujeres, nunca había escuchado otras historias sobre este tema alrededor del cual una gran sombra de silencio se tendía. Hablar de masturbación femenina es hablar de culpa, secreto, tabú y prohibición, pero también es hablar de placer, orgasmo, deseo y libertad. Es así que nació la idea del libro.

Hoy tengo ganas de mí. 7 historias de masturbación femenina es un libro editado por Sandra Campó e ilustrado por Campanita Córdova, en el cual se reúne el testimonio de 7 mujeres que dejan el miedo y el pudor a un lado, para contarnos sobre el goce que sólo ellas mismas pueden darse.

La presentación del libro -primer proyecto editorial de Chicas Malas- será este sábado 12 de setiembre a las 7:00 pm en la librería La Libre de Barranco. Liz Cabrel, experta en educación sexual femenina y autora de Yo amo mi vulva, y la artista visual Campanita Córdova acompañarán a la autora en esta noche en la que se sortearán entre los asistentes packs de productos que incluyen libros, libretas y stickers con las ilustraciones del libro.

Puede ver el evento en Facebook sobre la presentación del libro en este enlace.

También puedes ver otras modalidades para conseguir el libro siguiendo este link.

Esto es solo es una parte de lo que encontrarás en el libro:

«La verdad es que nunca antes me había puesto a pensar en qué nombre le pondría a la masturbación, pero, ahora que lo pienso, creo que si me pidieran que inventara un nuevo nombre para ella, yo le llamaría libertad. Porque, en mi caso fue eso: masturbarme fue una manera de liberarme y de conocerme, de saber qué cosas me daban placer» (Josefina, 29 años) 

«Ahora tengo más conocimiento de mí misma, la masturbación me ha dado la posibilidad de cartografiar mi cuerpo, por así decirlo, he podido crear un mapa de mi propio placer. Sé dónde debo tocar, dónde me gusta, no es más arriba, no es más abajo, es aquí y si tengo ganas de que sea el clítoris, me lo acaricio, sino me introduzco los dedos a la vagina, pero ya sé cómo estimularme. Mi cuerpo es un mapa del placer y yo ya conozco la ruta de mi deseo» (Ninja, 25 años) 

«Si conoces ese poder que tienes para darte placer a ti misma, puedes crear una revolución. ¿Te imaginas si ahorita todas las mujeres nos comenzamos a tocar? Sería una liberación, una revolución. Si tú aprendes a quererte, a disfrutarte, a amarte, a darte cuenta que tú sola tienes todo para gozar, dejarías de meterte con tantos idiotas, pero sobre todo dejarías de sentirte sola si no tienes pareja» (Rosario, 35 años) 

«Masturbarme a solas es algo más íntimo, algo mío, algo conmigo nada más. Al hacerlo me puedo enfocar en fantasías que puedo tener con otras personas y que quiero recrear en mi mente y en mi cuerpo o simplemente tengo fantasías conmigo misma que no incluyen a nadie más. Cuando estás tú sola es algo más íntimo, te reconoces, te gustas. Creo que es un gusto por tu cuerpo, por tus olores. Cuando te llegas a conocer realmente, puedes darte mucho, muchísimo placer a ti misma» (Ukimukin, 31 años) 

«Desde que dejé de sentirme culpable, la forma en que me masturbo y el placer que siento al hacerlo han cambiado mucho. El no llevar la carga de la culpabilidad te libera y así es cómo me siento: más libre para disfrutar de mí misma. Pero esto no significa que haya dejado la religión de lado, tampoco es que sea una ferviente devota pero pienso que masturbarme no se contradice con mi fe religiosa. Al darme placer no le estoy haciendo daño a nadie, al contrario me encuentro a mí misma, me amo más, me valoro más y mis creencias religiosas siguen formando parte de mí pero ya no me impiden que goce conmigo misma» (La Amazona, 28 años) 

«De verdad creo que deberíamos hacer eso: tener un orgasmo diario como quien toma el desayuno. Es que masturbarte no sólo te deja satisfecha sexualmente sino que te libera del estrés, te relaja y te pone de buen humor. Hacerlo, experimentarlo, es parte de conocer tu cuerpo, de vivir tu cuerpo y tu sexualidad, es básico para toda mujer. Si no se llamara masturbación, debería llamarse liberación. Es que para mí la masturbación podría resumirse en tres palabras: placer, orgasmo y liberación» (María Costa, 32 años) 

«Pero además de las sensaciones que experimento, me gusta masturbarme porque lo hago cuando yo quiero, no es que esté esperando que a mi pareja se le ocurra tener sexo o que tenga ánimos de tener sexo sino que yo lo hago en el momento que a mí se me dé la gana. Masturbarme me ha ayudado a saber mis ritmos, a conocer mi cuerpo y, sobre todo, a valorarlo por lo que es: una fuente inagotable de placer» (Arantxa, 30 años)


Notas relacionadas:

Yo, Eyaculadora

"Sí, soy una puta"