Mucho se ha visto en las últimas semanas sobre la muerte de decenas de personas que fracasan en el intento de migrar de África a Europa. Desde las 70 personas asfixiadas en un camión refrigerante hasta el niño de la playa que todos parecemos estar obligados a ver una y otra vez, la burbuja de la migración europea parece estar explotando: desde marzo de este año, 2500 personas han muerto tratando de cruzar por el mar entre Libia e Italia.
En este contexto, el New York Times ha publicado un reportaje con fotos y video en el que dos reporteros (Scott Lang en el texto y Paolo Pellegrin en las fotos y video) acompañan a un barco de rescate de Médicos Sin Fronteras que recorre el mar entre Italia y Libia. Tras recibir una llamada de emergencia, el Bourbon Argos envió una lancha que encontró dos botes pesqueros que, en conjunto, llevaban 733 pasajeros, entre los que había 59 niños.
La mayor parte venía de Eritrea y no llevaban comida para más que un día. Los contrabandistas que les habían cobrado unos 1500 dólares por cabeza les dijeron que el viaje duraría entre ocho y seis horas. Si hubiesen seguido al paso que iban, se habrían demorado seis días, y todos habrían muerto de inanición y exposición a los elementos.
El rescate llegó unas horas después de zarpar, y todos los pasajeros subieron con vida al Boubon Argos, que los llevaría a Italia. Un tercer bote, que zarpó con ellos pero perdieron de vista, fue encontrado por otro equipo de rescate unas tres horas después, y la diferencia hizo que muriesen 13 personas a bordo.
Scott Anderson, que escribe el reportaje, afirma que es casi seguro que la llamada de emergencia que recibió el Bourbon Argos haya sido emitida por los mismos traficantes de personas que pusieron a los pasajeros en los botes. Incluso algunas de las personas a bordo contó que eso era lo que les habían dicho: desde que Europa empezó a preocuparse por la muerte de miles de personas en sus costas e implementar sistemas de rescate, lo que ofrecen los contrabandistas no es la llegada segura al viejo continente, sino que les dicen que serán rescatados en el camino.
Los viajeros, muchos de los cuales vienen de zonas de África usando todo el dinero que sus familias pueden juntar -y que suelen ser secuestrados en Libia a cambio de más dinero enviado de sus países de origen- esperan llegar a Europa para estudiar, trabajar y llevar una vida alejada de la violencia de su continente.
La realidad, sin embargo, es que al llegar a Europa deben esperar a veces años para conseguir papeles de asilo y poder trabajar, de forma que los migrantes terminan viviendo en los ghettos, tratando de vivir en una economía que no los necesita y rodeados de gente que no los quiere en su país.
El Bourbon Argos ancló en Italia 54 horas después del rescate, el 29 de julio de este año. Anderson termina su reportaje con esta escalofriante frase:
En las cinco semanas desde el rescate de los migrantes eritreos por el Argos, al menos 500 inmigrantes más han muerto tratando de cruzar entre Libia e Italia.
Lee el reportaje completo con fotos y video en este enlace.
[Foto de portada: Paolo Pellegrin / Magnum]
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