Abdullah Kurdi, padre del niño sirio de tres años ahogado frente a la costa turca y cuya imagen conmovió al mundo, relató este jueves que sus hijos habían resbalado de sus manos al hundirse la embarcación que los llevaba a Grecia.
"Teníamos chalecos salvavidas, pero el barco se hundió porque varios se levantaron. Yo sostenía la mano de mi mujer. Pero mis hijos resbalaron de mis manos", declaró a la agencia de prensa Dogan.
Al menos 12 refugiados sirios, que intentaban llegar a la isla griega de Kos, murieron en la madrugada del miércoles las costas turcas de Bodrum.
"Estaba oscuro y todo el mundo gritaba. Por eso no pudieron oír mi voz ni mi mujer ni mis hijos. Intenté nadar hasta la costa siguiendo las luces, pero no pude encontrar a mi mujer y a mis hijos una vez en tierra", relató Kurdi. "Fui al hospital y ahí me enteré de la mala noticia", agregó.
Abdullah, originario de la ciudad kurda de Kobane (norte de Siria), contó que ya había intentado viajar a Grecia con su familia, pero la guardia costera de se país había interceptado la embarcación en la que viajaban.
Kurdi es peluquero y quería darle un futuro mejor a su familia tras huir de Kobane, ciudad arrasada por el extremismo islámico. Junto con su esposa, Rehan, decidió partir buscando una nueva vida, lejos de la insania de la guerra.
Primeros fueron a Damasco, luego cruzaron la frontera turca y llegaron a Estambul. Kurdi pidió refugio en Canadá para él y su familia, pero se lo negaron. Ahí, pensó otra salida. Ideó la manera de atravesar los kilómetros que los separaban de Bodrum, un lugar turístico, y uno de los puntos más cercanos para cruzar a Europa.
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