Cada año un gran número de jóvenes alumnos japoneses se suicidan el 1 de septiembre. Tal es la cantidad de muertes registradas en esta fecha que la Oficina de la Prevención del Suicidio ya la considera la más frecuente en menores de 18 años a lo largo de un periodo de más de cuatro décadas.

¿Cuál es el motivo? Pues nada menos que el inicio del periodo escolar y con él, el comienzo del bullying, las intimidaciones y el acoso.

Y es que después de unas agradables vacaciones de verano, los jóvenes tienen que regresar a ese 'infierno' donde reciben insultos, golpes y desprecios diariamente. Y esta no es una realidad de pocos. Son tantos los escolares que no quieren volver a clases por estos motivos que ya hay un periódico especializado donde solo escriben ellos acerca de la crueldad de la que son víctimas. 

Al respecto, un joven japonés con el seudónimo de Masa, escribió estos en el diario:

"No podía tolerar el ambiente de la escuela. Mi corazón no paraba de latir. Pensé en matarme, porque eso hubiese sido más fácil. Hubiese elegido suicidarme el 1º de septiembre, cuando empieza el nuevo semestre".

Asimismo, una joven de 17 años llamada Nanae Munemasa denunció ser golpeada por otros chicos de su escuela, incluso durante sus clases de natación:

"Yo era la última en salir de la piscina (...) Un cepillo voló de la nada y me golpeó bajo el agua. Casi me ahogo. Tenía un enorme chichón en la frente".

La situación de Japón

El país oriental tiene uno de los porcentajes de suicidio más altos en el mundo y las muertes que más acontecen son, coincidentemente, las de las personas que se encuentran entre los 15 y los 39 años de edad. 

Según cifras del Gobierno nipón nada menos que 18.048 menores de edad se quitaron la vida entre 1972 y 2013.

¿Y la razón de fondo? Pues el pensamiento unificado que imparte la escuela en aras de una conciencia colectiva que no admite las diferencias. 

Para Nanae, el colegio obliga a los alumnos a formar parte de una misma masa que piensa y actúa de la misma manera, y aquellos que no encajan, pues son discriminados:

"En Japón, tienes que estar en línea con otras personas. Y si no puedes, eres ignorado o intimidado", dijo. "Estás obligado a tener una opinión unificada, y aplasta la singularidad de cada persona tiene. Pero esa singularidad no es algo para destruir".

Al respecto, el psiquiatra infantil Ken Takaoka señaló que el aumento de las tasas de suicidios al reiniciarse la jornada escolar se debe a que la escuela da prioridad a la acción colectiva. En vista de ello, los niños que no se acoplan a sus grupos, definitivamente van a sufrir.

La estructura social

Al margen del pensamiento unificado, las diferencias, como en todas las sociedades del mundo, salen a relucir sobre todo en un ambiente tan adverso como son las escuelas secundarias. 

Las jerarquías sociales y las reglas entre los adolescentes deben ser respetadas si no se quiere sufrir de bullying. Es de esta manera que si un niño elige no sumarse al grupo de los abusadores, tendrá que pertenecer necesariamente al de los victimizados. 

Pero no es tan sencillo. Según un reciente informe del Gobierno japonés, el 90% de los niños encuestados dijo que había sido tanto víctima como victimario:

"Sólo un pequeño porcentaje continuó siendo una cosa o la otra. El problema más grande es la sociedad competitiva donde tienes que ganarle a tus propios amigos".

Con respecto al tema de la competitividad por los amigos y otros factores, los exámenes de ingreso a las escuelas se han convertido en una cruenta guerra para muchos jóvenes japoneses. Esta es una principal causa de estrés y de ideas de suicidio. 

El periódico que los acoge

Fotoko Shimbun, la organización sin fines de lucro, viene imprimiendo un periódico para brindar apoyo a los jóvenes que deciden no ir al colegio por la intimidación que reciben día a día. 

Keiko Okuche, uno de los representantes de la ONG, afirma que el problema se agrava cada vez más porque la actual cultura japonesa impone la escuela como única opción durante la adolescencia:

"Es un infierno para los niños que saben que van a ser intimidados en la escuela, sin embargo, no tienen otra opción más que ir".

Al respecto, la madre de Nanae, dijo que Internet fue una buena herramienta para ayudar a salir a su hija de su miedo y depresión:

"Al crear conexiones con gente en Japón, así como otros países, fue capaz de recuperar su confianza".

Asimismo, Shikoh Ishi, el editor general del medio, afirma que esta situación es del dominio de los maestros, pero que, sin embargo, no pueden hacer mucho con respecto al miedo que sienten los estudiantes por volver a las clases:

"Dos se suicidaron el 31 de agosto. Cerca de esta fecha, tres jóvenes incendiaron también una escuela y dijeron que si se quemaba, pensaban que no tenían que volver a clases. Ahí fue que nos dimos cuenta lo desesperados que estaban los niños y quisimos enviar un mensaje que dejara en claro que no se trataba de elegir entre la escuela o la muerte". 

Otros apoyos

Así como Fotoko Shimbun, otras instancias han brindado ayuda a los jóvenes que piensan en suicidarse. Es así que la biblioteca de Kamakura, donde atiende Maho Kawai, lanzó un tuit que instaba a los estudiantes a acudir a la biblioteca en búsqueda de un pasatiempo que pueda disuadirlos de su decisión suicida:

"El segundo semestre está a punto de empezar. Si estás pensando en suicidarte porque odias tanto la escuela, ¿por qué no vienes a vernos? Tenemos historietas y novelas ligeras. Nadie te dirá nada si pasas todo el día aquí. Piensa en nosotros como un refugio si estás pensando en elegir la muerte antes que regresar a la escuela en septiembre".

Quizá fue una medida polémica pues alentar a los jóvenes a no ir al colegio puede parecer un incentivo negativo, pero en vista de la situación y la acogida que recibió el mensaje, se repensó la idea. 

Y es que el tuit fue reenviado más de 60.000 veces en menos de un día. 

(Foto de cabecera: footage.framepool.com)