El internacionalista Ramiro Escobar señaló que la abrupta decisión del presidente Nicolás Maduro de cerrar la frontera de Colombia y Venezuela; y de deportar a miles de colombianos que vivían en territorio llanero, genera sospechas de que existan razones políticas detrás de esta medida.

En ese sentido, explicó que debido a la baja popularidad del mandatario venezolano, las acciones de su Gobierno podrían tener como finalidad controlar a las fuerzas disidentes del régimen.

"La razón real no la podemos saber pero se aproximan las elecciones legislativas en Venezuela. El Gobierno está con baja popularidad y hay un descontento del 60%. Si tienes una población descontenta, que no está a tu favor y declaras un estado de excepción limitas algunos derechos, por ejemplo, el derecho a reunión, la posibilidad de que haya reuniones de la oposición en esa zona".

Como se sabe, el Gobierno venezolano decidió cerrar la frontera entre ambos países argumentando que en esta zona existe presencia de paramilitares colombianos y de delincuencia que perjudica a su país. Incluso problemas relacionados al tráfico de combustible y mercadería.

Sin embargo, para Escobar, si bien cualquier país tiene razones de Estado para tomar decisiones drásticas sobre asuntos de seguridad nacional, la sola idea de pensar que este problema es básicamente monitoreado por los colombianos revela una idea xenófoba del Gobierno de Maduro.

"Es una manera abrupta, indigna de enfrentar un problema que puede tener razones que a cualquier otro Estado haría reaccionar. Todo puede estar pasando pero lo que no se puede es ver estas escenas dramáticas de gente cargando colchones, de gente sacada a la fuerza de sus casas. Creo que enfrentar así un problema de presencia de personas en otro país vecino de ese modo, es chocante y escandaloso política y socialmente".

Finalmente, el internacionalista consideró que no se deberían mezclar los problemas políticos propios de una elección que se aproxima en el caso de Venezuela, con un problema que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado como un problema de refugiados.

"La gente que pasa de Colombia a Venezuela, pasa huyendo de la violencia. Hay que tratar de poner el foco en eso, en la seguridad de la gente y en que se le dé un trato digno".

Luego que el Gobierno venezolano decidiera cerrar la frontera el pasado 19 de agosto, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, decidió llamar a consulta a su embajador en el vecino país. Esta medida se realizó tras el frustrado encuentro entre el Defensor del Pueblo colombiano con el gobernador del Estado venezolano de Táchira para verificar las propiedades de los deportados.

Santos ha pedido una reunión extraordinaria de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Organización de Estados Americanos (OEA) para resolver el problema.

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