Lo que sigue es una grave falta a la ética periodística. Una falta ética a secas.
El reportero de RPP, Eduardo Lindo, no tuvo mejor idea que entrevistar a una menor de edad que fue abusada sexualmente y que acompañó a su madre (ambas son de Chanchamayo) hasta el Congreso de la República para buscar ayuda en su búsqueda de justicia contra el sujeto que cometió el delito, a quien identificó como Vicente Tito Espinoza Lobo. Aquí el video:
Si bien es cierto que RPP protege la identidad de la niña de tan solo 11 años, el reportaje nos obliga a preguntarnos: ¿era necesario que la víctima declare a los medios de comunicación? La respuesta, por supuesto, es que no. Aún incluso cuando el objetivo sea -supuestamente- colaborar con la justicia, existe una diferencia entre ofrecer información y apelar al morbo. ¿Vale la pena que una niña -que ha sufrido un acción violenta y un profundo daño psicológico- relate cómo su agresor, luego de producirse el ultraje, la ha amenazado?
Lo más grave del asunto es que un congresista avale este reportaje. Se trata del legislador fujimorista Federico Pariona, que se dirige a la opinión pública para exigir al Fiscal de la Nación que ponga atención a este caso y resaltar que ya se hizo la denuncia correspondiente. ¿Acaso el congresista busca sacar algún rédito político de esta tragedia? Si ese fuera el caso, resultaría vergonzoso que un 'padre de la patria' utilice a una niña violentada para elevar su popularidad.
Lamentamos señalar que esta no es primera vez que los medios de comunicación apelan al morbo cuando abordan el tema de violación de menores. En noviembre del 2013, Carlos Carlín, por ese entonces conductor del programa La noche es mía fue demandado -junto al productor César Pereyra y la periodista Vanessa López- por exponer frente a cámaras a un niño que fue ultrajado por su padre.
[Foto de portada: Captura de Youtube]
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