La crisis de los refugiados siguen generando decisiones polémicas en Europa. El martes pasado el gobierno de Hungría interceptó a 2.533 personas, entre ellos 555 menores, que cruzaron ilegalmente su frontera con Serbia, una cifra récord para el viejo continente. 

Los interceptados, en su mayoría, provienen de Siria, Pakistán y Afganistán. Aunque en muchos casos, Hungría es solo un país de paso para estas personas, las autoridades del país centroeuropeo obligan a los inmigrantes a permanecer 24 horas en centros de refugios antes de que se les designe el lugar de acogida a donde deberán ir. 

Precisamente en uno de estos centros -ubicado en la localidad de Roszke- hubo un altercado. La policía húngara utilizó gases lacrimógenos para contener a 200 inmigrantes que buscaban abandonar el lugar. Se sabe, además, que los refugiados no quisieron que se les tomen sus huellas dactilares. Por su parte, el portal Origo  especula con que muchos de los inmigrantes quisieron abandonar dicho recinto después de enterarse de que Alemania anunció que daría asilo a los exiliados provenientes de Siria.

Ante el 'desborde de inmigrantes', El gobierno húngaro ha tomado medidas radicales como construir una valla a lo largo de su frontera con la vecina Serbia para obstaculizar la inmigración. La medida, como era previsible, ha sido criticada por la Unión Europa (UE) que ha buscado evitar esta construcción ofreciendo ayuda económica a este país miembro. Pero en Budapest parecen no confiar en el organismo internacional, a tal punto que está considerando utilizar su ejército para 'garantizar la seguridad' de su frontera sur. Así lo señaló Zoltan Kovacs, portavoz del gobierno húngaro:

"El Gobierno y el gabinete de seguridad nacional han debatido la cuestión de cómo podría utilizarse al Ejército para proteger la frontera de Hungría y la de la UE".

En tanto, en Dinamarca apelan al recurso legal para evitar que lo refugiados se queden en su país. Así, el parlamento de ese país aprobó reducir, casi a la mitad, la ayuda económica que reciben los solicitantes de asilo. 

El proyecto de ley tuvo luz verde gracias a los votos del oficialismo (Partido Liberal), la Alianza Liberal, el Partido Conservador  y el ultraderechista Partido Popular Danés.

La medida aprobada fija la ayuda en 800 euros. Asimismo reduce las mejoras promulgadas por el anterior gobierno de centroizquierda. El Ejecutivo de Dinamarca ha apelado al pragmatismo para defender la reducción de los subsidios. Por ejemplo, Inger Støjberg, ministra de Integración indicó: 

"Se pueden tener distintas opiniones políticas a las soluciones que el Gobierno ha presentado, pero no se puede estar ciego ante los retos. Tenemos que frenar la llegada masiva de solicitantes de asilo".

No obstante, no todos en el parlamento danes están contentos. El grupo de izquierda ambientalista Lista Unitaria calificó la aprobación de la norma como un "día triste para Dinamarca".

Las críticas también llegaron fuera del espacio político partidario. Por ejemplo, La Cruz Roja danesa y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se sumaron al rechazo al endurecimiento de las reglas del asilo.

Cabe mencionar que Dinamarca, en el 2014, recibió 14 mil solicitudes de asilo a raíz de los conflictos de Siria e Irak.

[Foto de portada: EFE]

[Con información de EFE]

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