Solo en el último mes han ocurrido 508 homicidios en El Salvador, uno de los países más peligrosos según la ONU, una cifra que sobrepasa a los concurridos en todo el mes de julio.

Sin embargo, desde el domingo pasado y durante tres días consecutivos los porcentajes de violencia se han elevado hasta los cielos y es que 125 personas fueron asesinadas en menos de 72 horas evidenciando una nueva escala de excesos en el país centroamericano. 

En los ocho meses del 2015, 3.500 personas han muerto, en comparación a las 2.492 del 2013 y las 3.912 del 2014. Y lo más seguro es que las cifran sigan aumentando exponencialmente hasta finales de año. 

Para los analistas, se trata de una consecuencia frente a los ataques del Estado y las maras o pandillas locales. En lo que va del 2015, un fiscal, 42 policías y 16 militares cayeron en los enfrentamientos. 

Sin embargo, las autoridades no son los que llevan la peor parte, entre las víctimas encontramos de todo, desde bebés, mujeres embarazadas hasta personas de la tercera edad. 

Solo el domingo 16 acontecieron 40 asesinatos, el lunes 42 y el martes 43, convirtiendo a este último día en el más sangriento de todo el 2015. Es así que la media de homicidios durante agosto es de 25 personas diarias, demostrando un sustancial aumento en comparación con los 15 del mes de julio. 

fuente: hunnapuh.blogcindario.com

Al respecto, el comisionado de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto admitió el aumento de criminalidad y señaló que la mayoría de los asesinados son pandilleros:

“Hay que hacer un análisis profundo de lo que está sucediendo, como lo que ocurrió el domingo en el que tuvimos una serie de enfrentamientos con delincuentes”.

Por su parte, Jeannette Aguilar, especialista en temas de violencia, señaló que como va la situación, al terminar el 2015, la tasa de asesinatos podría llegar a más de 90 por cada 100.000 habitantes.

Esto convertiría al 2015, en el año con más asesinatos desde el 2009, fecha en la que El Salvador fue considerado el país más violento del mundo con 4.382 homicidios. 

Las pandillas

Las barriadas son los fuertes de las maras. Se trata de escenarios llenos de grafitis y tatuajes que se utilizan como marcas representativas de quién controla los territorios y a qué pandillas pertenecen. Cada esquina lleva un símbolo de quien domina toda la cuadra. Es así que podemos encontrar calles con el número 13, que identifica a los Salvatrucha y 18 que representa al Barrio 18, las dos grandes pandillas de El Salvador. 

fuente: dev.hoylosangeles.beta.lionheartdms.com

Ellos controlan todo, desde las actividades comerciales hasta el paso de los autobuses. Todos pagan cupos por su protección y el que se niega a hacerlo, pues sencillamente muere aumentando más la cifra de homicidios. 

La policía ha descubierto que las maras utilizan técnicas similares a las que se usaban en la Guerra Civil acontecida en la década de los ochenta. Es así que los ataques directos y las emboscadas son sus estrategias favoritas. 

Además, las pandillas cuentan con armas de fuego, en su mayoría fusiles de asalto, cuyo uso es exclusivo de las fuerzas armadas. 

Este tipo de armas, así como las municiones, son adquiridas por las maras en el mercado negro de Centroamérica, en especial en los países de Honduras, Guatemala y el mismo El Salvador. 

fuente: vicariapastoralgdl.org

Es así que, el Fiscal General de la República  indica que los delincuentes ya son reconocidos oficialmente como terroristas:

"La cifra de mareros sospechosos de cometer actos de terrorismo ha subido a 327".

El enfrentamiento

El pasado julio las pandillas anunciaron un paro de transporte:

"Mataremos a cualquier conductor que desafíe la huelga y trabaje". 

Como respuesta, el presidente Salvador Sánchez Cerén estableció:

"No estamos dispuestos a negociar con criminales. Sacaremos a las fuerzas de seguridad para controlar las calles".

Como resultado se registraron nueve muertes de conductores y una gran cantidad de vehículos que no funcionaron normalmente por el miedo de los conductores. 

fuente: nacion.com

A pesar de la ola de crímenes, la brutalidad de las acciones mareras y la indefensa condición de las víctimas civiles, las autoridades han adoptado una posición radical, sin contemplaciones y hasta despectiva. Guillermo Gallegos, vicepresidente del Parlamento Nacional dijo en polémicas declaraciones:

"Mi lucha es contra la lacra de este país, los desgraciados mareros. Pido la muerte para esa lacra. Actúan como terroristas y el Estado está respondiendo de la única forma que se puede, con represión. Si bien es cierto, la opresión aumentará las muertes, es el único camino. Los grupos que viven del crimen no van a rehabilitarse".

La economía afectada

Un informe de la Fundación para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), señala que la inseguridad está afectando notablemente el cremiento nacional. El estudio indica que una de cada cuatro empresas es afectada por las acciones delincuenciales. Los medios más usados son las extorsiones, los robos y los asesinatos de los empleados

Por otro lado, establece que el 60% de las empresas se niegan a invertir en El Salvador por el peligro que significaría hacer negocios en uno de los países más peligrosos del globo. 

Las organizaciones de ayuda a los refugiados

Álex Sánchez, fundador de la ONG Homies Unidos, trabaja incansablemente para rehabilitar a los jóvenes de las maras refugiados en Los Ángeles, la segunda ciudad con más salvadoreños en el mundo. 

El programa más conocido de la organización tiene como objetivo borrar los antecedentes de los ex pandilleros. Al respecto Sánchez señala:

"Ofrecemos ayuda para borrar tatuajes que en muchos casos es una sentencia de muerte para ellos y ellas. No obtienen trabajos, son perseguidos por la Policía de EEUU y están en el punto de mira de las bandas rivales".

fuente: brownpoliticalreview.org

Asimismo indica que los tratamientos para borrar las marcas cuestan 150 dólares por cada 15 minutos de sesión. Es así que dos brazos cuestan 300 dólares. El 75% de los costos son cubiertos por donaciones. 

El caso de las mujeres es realmente dramático. Muchas de ellas han sido obligadas a tatuarse por sus parejas. Si estos han muerto, ellas están condenadas a vivir con su marca para toda la vida. Y el caso es más grave si han huido de sus convivientes pues son rápidamente reconocidas y estigmatizadas por ello. 

(Foto de cabecera: eltiempolatino.com)

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