Probablemente lo único que sabemos con certeza sobre el alcohol es que conforme se acerca un fin de semana, más empieza uno a pensar en él. Pero los argumentos, si los buscamos, puede que no estén tan afinados. ¿Por qué creemos que una noche de whisky es más contundente que una de vinos, que un trago estimulará la noche, que si no has tomado durante la semana todo está controlado, que sabemos tomar porque no nos emborrachamos fácilmente? A la mañana siguiente es igual, creemos en cualquier consejo que nos ilusione con quitarnos el dolor de cabeza, el malestar estomacal o alguno de esos síntomas.

Por eso el Ministerio de Salud de Argentina, quizá en su afán de que se deje de molestar a los hospitales solo porque la gente no sabe tomar, desecha algunos mitos sobre el alcohol.

Recordarlos en este orden puede que te sea útil:  


VIERNES (O JUEVES, O MIÉRCOLES, O…)

9 PM:

¿Beber sólo los fines de semana no hace daño?

El daño que provoca el alcohol no depende del día en el que se ingiere, sino principalmente del vínculo que se establece con la sustancia, es decir, la manera en la que cada uno incluye al alcohol en sus actividades, por ejemplo, las que realiza los fines de semana. Obviamente influye también la cantidad que se ingiere, la frecuencia y la velocidad.

Así que olvídate del “ah, pero no he salido en toda la semana” cuando regresas con el pan y el periódico a casa.


¿Las bebidas suaves como el vino y la cerveza emborrachan menos?

Los efectos del alcohol son los mismos con todas las bebidas. El impacto en el cuerpo del individuo depende siempre de la graduación alcohólica de cada bebida y de la cantidad que se ingiera. Además, si se es hombre o mujer, del contexto donde se consume, de las expectativas, del estado de ánimo y de las características psicológicas y corporales de quien lo hace. También dependen del peso corporal, presencia de otras drogas y enfermedades pre-existentes, entre otros factores.

Sí, puede que te cueste varias borracheras involuntarias descubrir cuál es el trago que te sienta mejor.


1 AM:

¿La bebida alegra, estimula?

Es posible que la persona se desinhiba, pero NO es un estimulante. Esta idea está basada en la creencia errónea entre el consumo de alcohol y diversión, culturalmente arraigada.

Para más detalles puedes ver este video donde se explica qué le pasa a cada zona de tu cerebro con el alcohol.

No se parece tanto a una estimulación, ¿no? 

¿Hay gente que sabe beber y no se emborracha, aún después de varias copas?

De ser así, significa que se ha desarrollado lo que se conoce como tolerancia, lo cual es más grave ya que el cuerpo deja de avisar sobre los efectos perjudiciales de la ingesta de alcohol en la salud integral de la persona.

Es decir, puede que estés peor que el borracho de al lado.


3 AM:

¿El alcohol facilita las relaciones sexuales?

Las personas pueden sentirse desinhibidas con algo de alcohol, pero por ser un depresor del Sistema Nervioso Central, su consumo puede inhibir la respuesta sexual. Además, favorece prácticas sexuales de riesgo, embarazos no planificados o enfermedades de transmisión sexual.

O sea sí, pero no.


¿Si no tomo mucho, puedo manejar sin riesgos?

Aún en pequeñas cantidades el consumo de alcohol puede producir alteraciones que afectan la capacidad de respuesta de los reflejos y la percepción del tiempo-espacio, lo cual aumenta la posibilidad de lesiones y accidentes.

Deja el carro en casa. Punto.


11 AM

¿Con café cargado o un baño se baja la borrachera?

Ni el café ni un baño acelera el procesamiento de eliminación del alcohol consumido. Este se eliminaría de la sangre a razón de un vaso de vino por hora, teniendo como referencia el organismo de un hombre de aproximadamente 80 kilos. Recordemos que las mujeres al tener menor contextura física, agua y grasa corporal tardan más para procesar cada trago o vaso de alcohol.

Eso no quiere decir que no te bañes.


¿Todo el alcohol ingerido se elimina a través de la orina y el sudor?

Sólo un porcentaje muy pequeño (10%) se elimina de esta manera. El resto se metaboliza por el hígado y se convierte en azúcar.

Eso creían los de la selección que juergueraon en el Hotel Golf Los Incas.

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