La muerte de dos ciclistas en los últimos días pone en agenda nuevamente las posibles soluciones para contrarrestar los peligros a los que se tienen que enfrentar los ciclistas en las calles de la ciudad.  

Asumiendo que no es necesario el debate sobre la legitimidad de transportarse en bicicleta, de la muerte de Gustavo López Mejía el día sábado en la Costa Verde y la de Martín Lozano Curo el martes en la avenida Pachacutec, se podría desprender la pregunta de si automovilistas y ciclistas pueden compartir las mismas vías, como plantea el proyecto urbano del alcalde de San Isidro, Manuel Velarde que ha apostado por la señalética y no por las ciclovías segregadas.

Pero la urgencia es aún más básica. El circuito de playas, recién ampliado a tres carriles, y la avenida de San Juan de Miraflores, están diseñadas únicamente para los carros particulares y, en el segundo caso, el transporte público. Quien desee pedalear por zonas así, sin espacio para bicicletas, tendrá que convivir con cientos de toneladas de metal zumbando a su lado. 

Protesta el fin de semana en La costa verde por falta de ciclovías (Foto: EL COMERCIO)

Sí, a falta de un espacio propio, el lugar de la bicicleta es la pista porque a nadie lo obligan a utilizarla y, por lo tanto, no tienen derecho a interferir en las veredas, donde puede poner en peligro a los peatones.

De vuelta a la pista, si suponemos que todos los carros de la ciudad son del modelo Corolla del año 2010 de la marca Toyota, que actualmente abundan en la ciudad, estaríamos hablando, por cada uno, de 1.6 toneladas de metal que conforme aceleran se hacen cada vez más mortales para los ciclistas. En el caso de López y Lozano fue aún peor. Las embestidas fueron propinadas por una camioneta y un bus de transporte público, respectivamente. Las ciclovías son urgentes.

Como recuerda el ex regidor de la Municipalidad de Lima Luis Gárate Sánchez en su post La hora de las bicis: Lima debería tener unos 300 kilómetros de ciclovías, pero solo cuenta con 120; y el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de Lima y Callao (PLAM) estima que para el 2035 Lima debería tener 600 kilómetros de ciclovías.

Mientras tanto el alcalde de Lima, Luis Castañeda, continua ejecutando proyectos a favor de los autos particulares: el by-pass de 28 de julio, el intercambio vial en el óvalo el Naranjal y en la Panamericana Sur con la avenida Benavides, la construcción de los túneles San Martín y Santa Rosa, en San Juan de Lurigancho, y las obras de ampliación en la Costa Verde. Ya anunció, además,la ampliación de toda la avenida Benavides.

Puede que a Castañeda, tan devoto de las grandes obras de infraestructura, las ciclovías le parezcan una obra menor, ridícula. Pero países como Australia, Bélgica, Holanda, Tailandia, Reino Unido, Canadá, Escocia, Alemania, entre otros, han demostrado que si algo es ridículo no son las ciclovías en sí, sino cómo se conciben y planifican. 

Acá le ofrecemos ejemplos para que comprenda que un gran proyecto de ciclovías para la ciudad puede ser también memorable.  Para eso recordamos la selección hecha por el diario The Guardian de las mejores infraestructuras para ciclistas que se han realizado y las anotaciones hechas por la organización chilena Plataforma Urbana.

Amberes, Bélgica

El túnel Santa Ana se hizo entre 1931 y 1933 para conectar el casco antiguo con los barrios nuevos de Amberes. Su construcción se hizo a 32 metros de profundidad, bajo el río Escalda, y con un diámetro que está pensando para que alcance a entrar una ambulancia u otro vehículo de emergencia. En el interior del túnel pueden circular peatones y ciclistas. Éstos últimos tienen un límite de velocidad de 5 km/h.


Bangkok, Tailandia

En marzo de este año, el aeropuerto de Suvarnabhumi inauguró un ciclovía de 23,5 kilómetros que se construyó en su alrededor. Como la ciclovía es administrada por la Autoridad Aeroportuaria de Tailandia, el único requisito es que un ciclista por grupo presente una copia del pasaporte. La ciclovía tiene dos vías que, cada ciertos tramos, indican la distancia recorrida, y cuenta con un sector de baños.

Bath, Reino Unido

El grupo Bath Two Tunnels comenzó en 2007 a ver cómo podrían recuperar un antiguo túnel ferroviario en un paseo para los ciudadanos.

Después de un par de años de trabajar la idea con los vecinos y de gestionar los permisos, los túneles de 1.672 metros de largo cada uno, se inauguraron en 2013 como un lugar habilitado para peatones, ciclistas y personas con movilidad reducida.

Además, estos túneles dieron origen a un circuito de 20 kilómetros que conectan el centro con Midford y Monkton Combe, al sur de Bath, pasa por el acueducto Dundas, una histórica construcción que se inició en 1797, y se une a dos rutas nacionales.


Brisbane, Australia

The River Loop es una de las rutas mas conocidas de Brisbane para andar en bicicleta. En total tiene 36 kilómetros de largo y la mayoría está construida alrededor del río Brisbane. Además, permite llegar a la playa Streets Beach, la única playa de Australia que está en el centro de una ciudad, y a los cafés y restaurantes de South Bank.


Calgary, Canadá

La ciudad de Calgary está atravesada por los ríos Bow y Elbow, por lo que los más de 60 puentes que tienen cumplen una funcion primordial para la conexión de sus ciudadanos. Por ejemplo el puente Southland que une los barrios de Acadia, Riverbend y Southland Drive.


Glasgow, Escocia

Este túnel, con un tramo para peatones y otro diferenciado por una ciclovía, se encuentra en la pasarela peatonal que une el Centro Escocés de Conferencias y Exhibiciones con una estación de ferrocarriles.


Perth, Australia

En septiembre de este año, el sitio Mother Nature Network (MNN), eligió las 10 ciudades más amigables del mundo con la bicicleta según la calidad de la infraestructura para bicicletas y el respeto que demuestran los automovilistas hacia los ciclistas. En este listado, Perth se ubicó en el sexto lugar.


Provincia Holanda del sur, Países Bajos

En la ruta para bicicletas de Zoetermeer a Bleiswijk, en la Provincia de Holanda del Sur, hay tres túneles construidos bajo autopistas, entre los que destaca el de la imagen, “Catedral Bike”.

Su nombre se debe a que es el más grande de los tres, ya que tiene 16 metros de ancho, 6,5 metros de altura y 53 metros de largo.


San Sebastián, España

Con dos kilómetros de largo, este túnel para ciclistas se convirtió en el más largo del mundo en 2009. A esto se suma que permitió recuperar parte de la antigua línea de trenes Bilbao-San Sebastián y así conectar Amara e Ibaeta, dos barrios a los que no se podía llegar en bicicleta.


Sydney, Australia

Desde el centro de Sidney, los ciclistas pueden recorrer 26 kilómetros a través de ciclovías -compartidas y segregadas- para llegar al inicio de la ruta que bordea el río Parramatta. Hasta este camino llegan quienes van a visitar la Reserva Eric Primrose o el Parque George Kendall, lugares que le dan un valor más natural al recorrido en donde incluso se cruzan animales.

Una vez en el suburbio de Meadowbank, se puede tomar un ferry junto con la bicicleta y volver al centro de Sidney.


Vancouver, Canadá.

Solo entre 2008 y 2011, los viajes en bicicleta en Vancouver aumentaron en un 40 por ciento. Por este motivo, el municipio lanzó un plan para construir infraestructura que sea más segura para los ciclistas. En este sentido, se hicieron vías segregadas de los vehículos motorizados, y se pintaron los cruces diferenciados.

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