El Tercer Censo Nacional de Comisarías 2014 publicado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reveló una grave situación: de un total de 839 patrulleros -ubicados en 125 comisarías- solo 103 cuentan con radio móviles operativas.
El mismo estudio señala que solo un 17% de los 1.108 efectivos que patrullan la ciudad a pie cuenta con radios portátiles, herramientas indispensables para el mantenimiento de la seguridad.
¿Por qué es importante el uso de radios?
Según José Tisoc Lindley, general PNP (r), refirió que para capturar a un delincuente depende, en un 90%, de la capacidad de coordinación y estrategia de los agentes que solo puede lograrse a través de un buen equipamiento radial.
“En estos momentos, la policía no está en la capacidad de cercar las zonas donde ocurre un hecho delictivo. Esto es resultado de la ineficiencia del servicio policial, y es lamentable que tras cuatro años de gobierno no tenga solución”.
Este estudio aparece casi en simultáneo con la promulgación del Decreto Legislativo que regula el uso de las armas letales y no letales por parte de la Policía Nacional. La referida norma establece tres principios: legalidad, necesidad y proporcionalidad.
No basta con equipos
En esa línea, llama la atención la doble deficiencia de esta institución (logística y de entrenamiento). Con respecto al entrenamiento de los agentes del orden, César Bazán, coordinador del área de seguridad ciudadana del IDL, explicó lo siguiente:
"Un suboficial en la calle o un oficial que lleva 10 años fuera de la Escuela de la Policía, no entrena nunca. Imaginemos una circunstancia en la que amerite usar su arma de fuego: el agente saca su arma y como no está entrenado o no ha recibido entrenamiento en mucho tiempo, dispara y puede terminar hiriendo a civiles".
Ante ello, cabe preguntarse ¿qué ha hecho el Gobierno para mejorar la formación de los oficiales y suboficiales?
Y cuando nos referimos a formación no solo hablamos de mantener 'la linea', sino a diversas herramientas que les permitan brindar seguridad a los ciudadanos (uso de armas, tácticas de negociación, manejo de equipos, entrenamiento marcial, etc).
Como es evidente, el Ejecutivo se ha preocupado solamente en la adquisición de bienes tangibles y que puede mostrarse a la prensa (lo cual es necesario ciertamente) y no en reformar la formación integral tanto de oficiales como suboficiales.
Esa tendencia, se manifiesta, por ejemplo, en las declaraciones de Wilfredo Pedraza, exministro del Interior y actual asesor presidencial en temas de seguro, cuando afirma que las cifras del INEI no son exactas:
"Las encuestas son gráficas, útiles, pero hay que tener cuidado. Por ejemplo, a fines del 2014, de los 800 patrulleros inteligentes que adquirió el Estado Peruano para todo el país, el 100% cuenta con radios operativas".
Pero, al parecer, las adquisiciones del Gobierno tampoco son efectivas del todo. Así lo deja entrever el general Tisoc, quien indicó que lo patrulleros inteligentes no estarían bien equipados:
"Los patrulleros inteligentes se adquirieron de un fabricante coreano; y, posteriormente, fueron equipados en el Perú. En ese momento, se adquirieron unas radios de emergencia provisionales que no cuentan con la cobertura necesaria".
No obstante, poco se habla de los aspectos formativos de los agentes del orden. Como consecuencia no debe sorprendernos que ante situaciones límites como los conflictos sociales, la Policía actúe de manera desbordada y violenta (incluido el uso de armas de fuego), tal como sucedió, por ejemplo, en las protestas contra el proyecto minero Tía María y ,más recientemente, en el bloqueo de la Carretera Central por parte de trabajadores de Doe Run.