La impresión 3D está provocando una gran revolución no solo en las artes, sino también en la salud, porque puede ayudar a las personas a mejorar su calidad de vida de una forma hasta hace poco inimaginable. 

Desde la aprobación de la primera pastilla tridimensional, hasta los diferentes implantes para personas que sufrieron la mutilación de alguna parte de su cuerpo o que padecen algún tipo de discapacidad, se trata de un gran avance médico que promete cambiar el paradigma de los tratamientos convencionales. 

Y es que ahora es posible reconstruir una tráquea y hasta trasplantar un cráneo en poco tiempo. Sin embargo, a pesar de estos grandes avances, todavía resulta una objetivo lejano crear un órgano entero vivo. 

Las impresiones de tejidos o partes de tejidos como piel o córneas, son metas mucho más realistas.

El caso de Maxence

Maxence, un pequeño francés de seis años, acaba de recibir la prótesis impresa en 3D de la mano que no tenía. Se adaptó tan fácilmente que no fue necesaria una intervención quirúrgica, pues el sencillo modelo se fija con una cinta de velcro y se utiliza a manera de guante. 

Según Thierry Oquidam, el ingeniero informático que imprimió la mano a través de la fundación e-NABLE, Maxence puede atrapar una pelota con su nueva prótesis, pero no le es posible atarse los cordones de los zapatos. Una deficiencia que aún se tiene que superar. 

Más avances

Sin embargo, este tipo de miembros básicos en 3D aún no están a la altura de las sofisticadas prótesis de brazos biónicos que cuentan con capacidad motriz y uso sensorial. 

Respecto a esta tecnología, Estados Unidos invirtió alrededor de 150 millones de dólares para colocar prótesis avanzadas a todos los soldados mutilados en Irak y Afganistán. Sin embargo, según Charles Msika, representante de la Sociedad Francesa de Cirugía Ortopédica y Traumatología, aún están en etapa de experimentación.

Asimismo, los médicos cirujanos también han probado implantar stents (cánulas para abrir venas bloqueadas) fabricados por impresión 3D, así como partes de cráneo en titanio, un material biocompatible con nuestro organismo. 

A pesar de ello, el profesor Msika señala que todavía no es factible implantar articulaciones completas en 3D. Para lograrlo habría que comparar la calidad y firmeza de las prótesis tridimensionales con las ya existentes, y que pasen por un proceso de esterilización, lo que significaría un mayor coste de producción.

Reconstrucción facial

Este rubro de la cirugía también se ha visto beneficiado por la impresión 3D.

Por ejemplo, se pueden fabricar mandíbulas artificiales de titanio y a medida. Incluso se pueden producir orejas artificiales con geles densos y células vivas para general el cartílago.

El caso de los bebés

Por otro lado, en abril de este año, la impresión 3D permitió salvar la vida de tres bebés que tenían las vías respiratorias obstruidas y corrían el riesgo de morir asfixiados en cualquier momento. 

Al respecto, el doctor Glenn Green, profesor de pediatría en el hospital infantil de la Universidad de Michigan, afirmó:

"Este caso representa un avance, pues por primera vez pudimos utilizar la impresión 3D para concebir y fabricar a medida una férula que fue cosida alrededor de la tráquea defectuosa y permitió restaurar la respiración normal de los pacientes".

Los estudiantes y las operaciones

Por último, fabricar maquetas en 3D es muy beneficioso cuando se trata de prepararse para una operación bastante delicada. Lo que se hace es reproducir la zona en la que se va operar y de esta manera se facilita el entrenamiento de los estudiantes de medicina. 

(Foto de cabecera: news.com.au)