Jueves 13 de agosto. Es poco más de mediodía. Lo más probable es que ninguno de los trabajadores de protocolo del Congreso de la República supiera quiénes eran. Una visitante, peruana seguramente afincada en España –su ceceo era evidente–, quiso tomarse una foto con ellos mientras esperaba a que le devolvieran su documento y ellos esperaban al resto de sus compañeros. Un empleado protocolar les pidió su DNI; otro pensaba que querían una visita guiada al recinto parlamentario; otra miraba el tahuasam de plumas rojas, amarillas y negras que algunos llevaban en la cabeza. Otros miraban de reojo sin saber qué hacer.
Finalmente se les dijo que eran apus. ¿Eh? Preguntaban con sus miradas. “Son dirigentes nativos que vienen a participar de una conferencia de prensa con los congresistas Verónika Mendoza y Manuel Dammert”. Ahhhhhh. No entendieron quiénes eran ni a quién representaban, pero sí sabían que la congresista había enviado una lista de invitados. Eran 10 nativos quechuas del Pastaza y 11 achuares de Corrientes.
Ellos junto a otra decena de indígenas de las comunidades afectadas por la actividad petrolera, agrupadas en la Federación de Comunidades Nativas del Corrientes (Feconaco) y Federación Indígena Quechua del Pastaza (Fediquep) de Loreto, llegaron a Lima a inicios de esta semana para retomar –mañana viernes 14 de agosto– el diálogo con el Estado en el marco de la consulta previa del Lote 192 (ex 1AB), tal como lo acordaron hace dos semanas en Iquitos.
Muchos de ellos ingresaban por primera vez al Congreso. Los bustos del hall de los Pasos Perdidos les llamó la atención, pero no había tiempo para conocer a quiénes correspondía. Sólo les interesaba acompañar a sus líderes que iban a dar una conferencia de prensa en la cual expondrían brevemente sus exigencias. Estaban contra el tiempo. Se colocaron frente a los flashes de las cámaras y escucharon a los congresistas y a sus hermanos apus. Se preguntaban si todos los periodistas entendían sus demandas, sus preocupaciones en torno a lo que puede ocurrir con la licitación del ex Lote 1AB. Terminó la conferencia, más flashes y luego algunos periodistas les pidieron detenerse para las fotos y algunas preguntas.
Como se recuerda, el 23 de julio –luego de tres postergaciones– el diálogo entre ambas partes se interrumpió luego de que las respuestas del Estado a las 27 demandas de las comunidades no fueran satisfactorias. Aquella vez se acordó que en la reunión de mañana estarían el primer ministro, Pedro Cateriano; la ministra de Energía y Minas, Rosa María Ortiz; el ministro de Economía y Finanzas, Alonso Segura; el ministro de Agricultura, Juan Manuel Benites, y el gobernador de Loreto, Fernando Meléndez. Hasta hoy, sólo está asegurada la presencia de Ortiz.
Las demandas indígenas giran en torno a temas relacionados con protección y vigilancia ambiental, aseguramiento del derecho a servidumbres, participación en beneficios, protección de zonas sensibles del territorio indígena, y sobre todo a la seguridad jurídica de sus territorios.
“No estamos contra el desarrollo del país, mucho menos contra las inversiones, pero así como se pretende garantizar a los inversionistas, nosotros exigimos al Estado que también velen por nosotros”, dijo a LaMula.pe Carlos Sandi, apu de Feconaco. “El Estado debe garantizar la vida digna en nuestras comunidades”, agregó, por su parte, Aurelio Chino, apu de la Fediquep.
Ambos dijeron ante la prensa que se debe solucionar y reparar problemas históricos y prevenir escenarios para que no se repitan, para que se garantice la vida de miles de indígenas con el desarrollo que desean las comunidades.
Allí estaban los congresistas Mendoza y Dammert, apoyándolos, explicando ante la prensa la importancia de la transparencia que se requiere en la licitación del más importante lote petrolero y la necesidad de que la voz de los pueblos indígenas sea escuchada y consultada.
“No es aceptable que se pretenda, en un solo día de diálogo supuestamente intercultural, agotar toda la agenda de múltiples demandas de los pueblos indígenas. Por eso exhortamos al Ministerio de Cultura para que garantice un adecuado proceso de diálogo en el que verdaderamente el Estado y los pueblos indígenas logren escucharse y entenderse”, dijo Mendoza.
Los apus están dispuestos al diálogo, y son pacientes. Han soportado postergaciones, acusaciones y hasta malinformaciones, y no han pateado el tablero, aunque también señalan que si no son escuchados sabrán defender sus derechos. Sandi es un apu que ha aprendido o importante de negociar, plantear y escuchar. Sabe que no le queda otra cosa que esperar y tratar de llevar una respuesta a su comunidad, pero también sabe que debe defender enérgica y democráticamente las demandas nativas.
“Veremos qué propone mañana el Estado. Ahí están nuestras demandas, clarísimas. Nosotros seguimos con la voluntad del diálogo, por eso nos esforzamos por venir a Lima, y por eso mismo esperamos que el diálogo no sea solo de un día”, dice. “El Estado debe garantizar nuestros derechos. No sabemos quién será el nuevo operador, pero sabemos que sea estatal o transnacional, igual va a contaminar. El Estado no debe estar del lado de las petroleras”, añade el apu.
Los apus de las cuencas del Pastaza y Corrientes salen del hall. Se detienen en los jardines del Congreso, conversan entre ellos y coordinan los pasos siguientes. Al cierre de esta nota, esperaban el borrador de lo que el Estado presentará mañana. Confían en que el reinicio del diálogo se concrete y sea positivo para ellos, aunque la posible inasistencia del premier les genera incertidumbre, pues ello desean reunirse con funcionario que decidan.
El gobierno tiene la palabra.
(Fotos: Aitana Gómez)