Javier Duarte, el gobernador de la polémica ciudad de Veracruz, lugar más peligroso para practicar la actividad periodística en Latinoamérica, declaró ayer ante la fiscalía del DF como testigo por los asesinatos de fotoperiodista Rubén Espinosa, la activista Nadie Vera y otras tres mujeres más.

Y es que Duarte fue el centro de la atención desde el inicio del caso por la presunta responsabilidad política que le correspondería. 

La presión se fijó hacia el funcionario cuando se conoció que tanto Espinosa como Vera habían salido de Veracruz por las amenazas que recibían por su trabajo periodístico. 

Antes del interrogatorio, Duarte emitió un comunicado en el cual se deslindaría de toda vinculación con el múltiple homicidio:

“Dejo claro que me deslindo totalmente de los acontecimientos ocurridos el 31 de julio en Ciudad de México”.

Asimismo aprovechó para resaltar su disposición a colaborar con el caso, haciendo énfasis en que como gobernador podría haberse acogido a su inmunidad política, bloqueando de esta manera la citación de la Fiscalía.

Posteriormente, la Fiscalía del DF nombró una comisión para que se trasladase a Veracruz e interrogara a Duarte en una "comparecencia voluntaria como testigo".

Después de una hora de declaración, el gobernador negó toda responsabilidad con el múltiple homicidio. A la fecha, ni el funcionario ni la Fiscalía se han pronunciado sobre el interrogatorio. 

A pesar de ello, la sociedad civil y diversos organismo internacionales han enfatizado la necesidad de ahondar en el móvil político de los asesinatos. 

A la fecha, ya hay un detenido con antecedentes por violación que ha reconocido el robo pero no los asesinatos. La policía sigue investigando a otros dos sospechosos que salieron del edificio donde encontraron los cuerpos.

(Foto de cabecera: yucatan.com.mx)