Del búnker en San Borja en el que operaba Rodolfo Orellana y toda su mafia siguen desenterrándose documentos y pruebas que revelan más episodios oscuros y actos ilícitos.
Hoy, El Comercio publica una investigación que da cuenta de la empresa de aviación Air Perú Express SAC, que supuestamente cubre rutas de la selva fronterizas con Brasil y Colombia, pero que en realidad sería una compañía fantasma. Toda la información proviene de hojas contables que encontró hace un año la Fiscalía en las oficinas de Orellana.
En dichas planillas se observa que era habitual que la empresa realizara movimientos de altas sumas de dinero en efectivo: entre 50 mil y 100 mil diarios. Pero en por lo menos dos ocasiones los hermanos Orellana dispusieron entregas por un total de US$450 mil a Alberto Carlos Diez Canseco para una "compra de acciones" en la aerolínea Air Perú Express SAC.
Y este personaje es la bisagra de nexos muy sospechosos.
EL ENLACE FUJIMORISTA
Ocurre que Diez Canseco es también socio fundador y vicepresidente de la Universidad Peruana San Juan Bautista, cuyo presidente y propietario es el congresista José Luis Elías (sí, el que insiste en tirarse abajo la Ley Universitaria).
El Comercio recuerda, además, que esta universidad colocó publicidad en la revista Vox Pópuli, investigada por supuesto financiamiento de la red Orellana. Para más inri, Diez Canseco fue parte del comité editorial de dicha publicación.
EN EL NOMBRE DEL HIJO
Pero hay más: Rodrigo Elías Roca, hijo del parlamentario fujimorista, era hasta hace muy poco el apoderado de Air Perú Express, cargo que asumió en el 2011, con solo 23 años. Ese mismo año, Elías Roca asumió la Dirección Ejecutiva de la universidad, en reemplazo de su padre, que ingresaba al Parlamento.
Otro dato que llama la atención es que el joven Elías presentó su renuncia a Air Perú Express un día después de que se emitiera la orden de captura contra Orellana, en julio del 2014. ¿Alguna razón lo espantó?
Además, el domicilio con el que figura la empresa en la Sunat corresponde a una humilde vivienda en Pucallpa. Su propietario, Freddy Aymara Flores, dijo que le alquila un espacio de la casa a la compañía, pero que nadie trabaja allí. "Vienen, recogen papeles y se van", afirmó.
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