La justicia, otra vez, en entredicho. Ahora se trata de una grave denuncia que involucra a la Sala Penal Nacional de la Corte Suprema, referida a un presunto acuerdo para absolver judicialmente al general de brigada del Ejército Marino Ambía Vivanco, quien era procesado por el caso Matero.

La República difundió hoy correos electrónicos que datan de junio de 2007 y agosto de 2008, los cuales revelan la entrega de dinero y regalos para el tendido de una red de magistrados que permitiría al referido oficial (que es de la misma promoción del presidente Ollanta Humala) salir bien librado del juicio en su contra por la desaparición, en 1986, de cuatro pobladores de la comunidad de Matero, en Ayacucho. Es esa época, el oficial era teniente en la base militar de Cangallo, según la fiscalía. 

El general ambía durante el juicio (La república)

Según la denuncia publicada por el citado medio, la información les fue remitida de forma anónima en un USB. Habían actas, fotos, sentencias y los e-mails que intercambiaron el militar procesado, un intermediario y una jueza. 

Los correos electrónicos fueron guardados de dos maneras: algunos en formato original, lo que permite confirmar su autenticidad, y otros fueron copiados y guardados en archivos de texto. Las direcciones que se usaron para el intercambio fueron mirtha-bendezu040955@yahoo.es, que firma "Mimi"; bendezu_fiscalia@hotmail.com, que suscribe "Javier"; y marinoambia40@hotmail.com. 

Las dos primeras cuantas habrían sido creadas para la ocasión, según La República, y la última es utilizada hasta la actualidad por el general Ambia, quien fue procesado durante 11 años por el caso matero. 

Lo grave del asunto: los temas tratados y las recomendaciones que se hacen en el proceso judicial tiene efectos en la realidad y condujeron, en efecto, a la absolución del oficial del Ejército. El caso Matero tuvo tres juicios, los tres concluyeron con sentencia absolutoria de los imputados (además de Ambía, tres polícias y otr militar fueron procesados). La última y definitiva sentencia la dio en enero último la Sala Penal, que preside el juez César San Martín.

LOS CORREOS

Desde el  intercambio de e-mails de 2007, respecto del primer juicio, ya se preveía ese resultado. Por ejemplo, en un correo que publicó La República del 27 de setiembre de ese año, "Mimi" le dice a Ambía: "... el expediente lo hemos estudiado con detenimiento, veo pocas evidencias de su responsabilidad..."

La República.

En otro correo, esta vez de octubre de 2007, se  describe una serie de apreciaciones sobre el proceso: "La forma de neutralizar las acusaciones en su contra en mediante la duda", dice "Mimi". 

Unos días después, el 25 de octubre, junto a nuevas opiniones del desarrollo del juicio, se adjuntan tres documentos oficiales recibidos por la Sala Penal Nacional, del Ministerio de Justicia, la Defensoría del Pueblo y el Congreso de la República, solicitando información de los casos por violación de derechos humanos.

 La República.

En un e-mail del 3 de noviembre se solicitó dinero para la atención médica de Luis Tinco Cuya, un testigo del caso, con objetivo de evitar que pueda llegar donde Aprodeh o con los periodistas. "Ya suman $ 600.00 que vengo entregando a la familia y es necesario que me devuelvan este apoyo", escribe "Mimi" y se dan números de cuentas bancarias para los depósitos.

Los correos siempre van de "Mimi" a "Javier" y este los reenvía a Ambía. "Mimi" sería Mirta Bendezú, quien era directora de debates en el juicio. La jueza, consulta por la denuncia, lo negó todo:

Mirta bendezú lo niega todo.

"Lo juro. Es una infamia. Nunca he usado ese correo. Mi nombre es sin h. En el Banco de Crédito nunca he tenido cuentas. No tengo un hermano llamado “Javicho”. A mí no me tiembla la mano para resolver en un sentido, para resolver en otro sentido, de acuerdo a mi conciencia. Voy a pedir que la fiscalía, la OCMA investiguen".

Marino Ambía se abstuvo de declarar para el reportaje, por su condición de militar en actividad. Según La República, a través de un allegado dijo que recibió y entregó los correos, pero nunca pagó nada a ningún magistrado.
Foto de cabecera: La República