Según la Asociación Española de Gas (Sedigas), el gas natural licuado que se usa principalmente para el transporte marítimo disminuiría las emisiones de CO2, el mayor culpable del efecto invernadero y, en consecuencia, del cambio climático. 

Por otro lado, su empleo en buques también implicaría una reducción del 80% de las emisiones de óxidos de nitrógeno, eliminaría las de óxido de azufre y las partículas sólidas. 

Dichas partículas se adhieren a nuestros pulmones al inhalarlas y suponen graves trastornos respiratorios. 

Cabe resaltar que la ley europea obliga a la restricción del 40% de las emisiones de CO2. El transporte marítimo es el causante a nivel global de 2,5%, el transporte por carretera es responsable del 23% y la aviación, del 2,4%.

Según Sedigas, el GNL ya está siendo usado en las embarcaciones del Mar Báltico, donde la legislación es aún más exigente pues se encuentra en las denominadas Áreas de Control de Emisiones (ECA).

Asimismo, la Directiva Europea sobre uso de Combustibles Alternativos en el Transporte dispone que en el año 2020, once puertos españoles deberían estar obligados a contar con infraestructuras de carga de GNL.

Finalmente, la secretaria general de Sedigas, Marta Margarit, señala que el uso de GNL aporta al medio ambiente, a la actividad económica y a las políticas de inversión. También afirma que no solo es beneficioso para los motores de los barcos, sino que es de mucha utilidad en los puertos pues los buques podrán alimentarse de gas, producir electricidad y disminuir las emisiones en dicha zona.

(Foto de cabecera: Sedigas)