Al parecer, los ensayos médicos irregulares en el Perú son una práctica más extendida de lo que se conocía. En los últimos meses hemos conocido sobre prácticas en niños y comunidades nativas a cambio de canastas de víveres (que el Gobierno ya suspendió), y también sobre experimentos en el Hospital del Niño con arroz transgénico

Pero en estos casos solían aprovecharse de la ignorancia y la necesidad de poblaciones vulnerables. Ahora se puede conocer de un ensayo en una de las clínicas más prestigiosas y caras de Lima.

Según una investigación de OjoPúblico, ocho mujeres fueron sometidas a un experimento clandestino en la Clínica Avendaño de Miraflores, sin ningún permiso del Instituto Nacional de Salud.

Lo financió la compañía estadounidense Cytograft y lo impulsaron el médico cirujano Carlos Wiegering y el propio dueño de la clínica, Gustavo Salinas Sedo.

Wiegering fue el encargado de convencer a las mujeres de someterse al ensayo a cambio de rebajas en el precio de lipoesculturas, todo a fines de 2013.

salinas sedo y wiegering

Las mujeres tenían un perfil bien definido: edad promedio de 40 años, piel blanca, antecedentes de cirugías plásticas, nivel socioeconómico alto.

Lo que se les hizo fue inyectarles un gel llamado Belle Vie, hecho de células humanas, suero fetal bovino y gelatina de origen porcino. El problema es que su toxicidad ni siquiera había sido probada en animales.

Las normas señalan que, al ser el primer ensayo del producto en seres humanos, el estudio debió efectuarse en Estados Unidos, pues la empresa Cytograft era la patrocinadora del experimento. ¿Por qué se realizó en Perú, entonces?

UNA SERIE DE IRREGULARIDADES

Son tales las irregularidades en las pruebas, que el gel Belle Vie ni siquiera fue declarado cuando ingresó al Perú. Simplemente fue traído en el equipaje personal de los representantes de Cytograft en vuelos comerciales.

El hecho se descubrió tras una inspección del Instituto Nacional de Salud (INS) en la Clínica Avendaño. La institución ya presentó un informe contundente: allí se detalla al menos nueve violaciones graves a las prácticas clínicas.

Ya se abríó un proceso proceso administrativo sancionador, pero falta que se ejecute el pedido más serio: acusar a los médicos Wiegering y Salinas Sedo ante el Ministerio Público por el delito de exposición de personas al peligro y notificar al Colegio Médico del Perú por la violación de la mayoría de principios del Reglamento Nacional de Ensayos Clínicos

Además, la infracción de Cytograft será notificada ante la Food and Drug Administration (FDA), agencia que fiscaliza la industria de la salud en Estados Unidos.

Cytograft dijo que recién en febrero de 2015, cuando ya habían revelado las irregularidades, les fue informado que no habían presentado la documentación completa del ensayo en Lima. 

Por su parte, Wiegering reconoció que todo se debió a un "error involuntario de comunicación y a la falta de información"; mientras que el descargo de Salinas Sedo fue que desconocía las facultades del INS para supervisar los ensayos clínicos: pensó que solo bastaba con la aprobación del comité de ética de algún establecimiento de salud.

En tanto, seguramente se descubrirán más casos en que los peruanos -de toda clases social, como ya vimos- son usados irregularmente como meros conejillos de indias.


(Foto de cabecera: Janeth Cienfuegos/OjoPúblico)


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