Un espectacular accidente masivo en la carrera Coke Zero 400 ocurrido el último fin de semana dejó a unos 30 espectadores con heridas leves en Estados Unidos. Afortunadamente, este hecho no pasó a mayores gracias a las vallas de contención instaladas en el circuito de Daytona Beach.

Tras 161 vueltas, el final de la competencia se vio truncado luego de que el auto del piloto Austin Dillon (Chevrolet-3) fue golpeado por un competidor y se elevó por los aires para terminar estrellándose contra el dispositivo de seguridad instalado entre la pista y las graderías.

El vehículo de Dillon quedó destrozado por la fuerza del impacto y varios de sus restos se precipitaron contra el público. Pese a lo aparatoso del accidente, el piloto logró salir por sus propios medios de lo que quedaba de su auto, ayudado por los mecánicos de diferentes equipos.

Este choque masivo vuelve a poner al centro de la polémica la seguridad en la categoría Nascar y en especial, la de los circuitos y las carreras que obligan a los pilotos a superar los más de 300 kilómetros por hora. 

El propio Dillon aseguró, tras el accidente del que sufrió solo lesiones menores, que compiten a excesiva velocidad y que cree que "todo el mundo podría disfrutar de buenas carreras a velocidades más bajas".

Con información de NBC.com y foto de cabecera de AFP