"Grecia debería votar 'NO' y el gobierno griego debería estar preparado, si es necesario, para dejar el euro", dice el premio Nobel de Economía Paul Krugman al referirse al referéndum de este domingo 5 de julio en su artículo Grecia, sobre el abismo (Greece Over the Brink), en el que critica la forma en la que se creó el euro y las exigencias de la troika (FMI, BCE y Comisión Europea) al Ejecutivo de ese país.
"La troika ha hecho a Atenas una propuesta que no puede aceptar y, presumiblemente, ha sido a sabiendas. Así que el ultimátum fue, en efecto, un movimiento para reemplazar al Ejecutivo heleno. Incluso si no te gusta Syriza, esto debe preocupar a cualquiera que crea en los ideales europeos", añade Krugman, quien no entiende cómo la troika propone que sigan las políticas "de los últimos cinco años".
Krugman señala que, aunque la perspectiva de una salida de Grecia del euro "asusta a cualquiera", incluido a él, lo que está exigiendo la 'troika' es que el régimen político de los últimos cinco años continúe de forma indefinida.
Como se sabe, este domingo se llevará a cabo el referéndum promovido por el gobierno de Alexis Tsipras para decidir sobre la última propuesta de los acreedores, dado que el apoyo a las medidas de la troika supondría prorrogar indefinidamente las condiciones de los últimos años y tendría implicaciones políticas negativas en el país.
"¿Qué esperanza hay en todo esto? Quizás, sólo quizás, la voluntad de abandonar -la zona euro- inspirará un nuevo pensamiento, aunque es muy probable que no", afirma Krugman.
En su opinión, la devaluación monetaria no crearía mucho más caos del que ya existe y allanaría el camino para una "eventual recuperación, como lo ha hecho en muchos otros lugares y ocasiones". "Grecia no es tan diferente", subraya.
Por otro lado, considera que las implicaciones políticas de una victoria del 'sí' serían "muy preocupantes". Krugman considera que el ultimátum fue un movimiento para sustituir al actual gobierno griego. "Incluso aunque no te guste Syriza, tiene que ser preocupante para cualquiera que cree en los ideales europeos", anota.
Para el célebre economista, la salida de Grecia del euro no está muy lejos del punto actual tras el corralito, lo que significa que un análisis de beneficios y costos en este momento es "mucho más favorable" a una salida del euro que nunca.
No hay primero sin segundo
A Krugman se suma otro Premio Nobel, Joseph Stiglitz, execonomista jefe del Banco Mundial (BM), aunque con algo más de cautela.
"Un voto por el sí significaría una depresión casi sin fin (...). Un voto por el no abriría al menos la posibilidad de que Grecia, con su fuerte tradición democrática, pueda asir su destino en sus propias manos", señala en el artículo Ataque de Europa contra la democracia griega (Europe’s Attack on Greek Democracy), publicado en diversos medios de comunicación.
Y añade: "Los griegos podrían lograr la oportunidad de modelar un futuro que, aunque quizá no tan próspero como el pasado, es mucho más esperanzador que la inconsciente tortura del presente".
"Seamos claros –dice Stiglitz– casi nada del dinero prestado a Grecia ha ido a parar allí. Ha ido a pagar a los acreedores privados (incluidos los bancos de Francia y Alemania)".
Según el economista, el problema de Grecia no es sólo una cuestión de dinero. "Es una cuestión de ultimátums para forzar a Grecia a aceptar lo inaceptable, no sólo medidas de austeridad, sino otras medidas punitivas y regresivas. ¿Por qué Europa hace esto? ¿Por qué los líderes de la UE se resisten a la celebración de un referéndum y rechazan extender más allá del 30 de junio el plazo para el pago al FMI? ¿No es todo democracia en Europa?".