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"Estamos trepanados por la Coca cola"

De Gaucholo, una mirada a los huacos de la coca cola, del artista Fernando Coco Bedoya.

Publicado: 2015-06-30


¿Es la palabra desaparecido lo que quedó de los años 70, 80 y 90? El artista peruano Jorge “Coco” Bedoya, expuso en Arequipa la muestra Gaucholo, en el Centro cultural peruano norteamericano. A toda vista el nombre de su muestra es una palabra que resume la relación que tiene con el Perú y Argentina, esta última donde radica desde el año 79. Y sí, para él, la palabra Desaparecido no solo es Latinoamérica sino parte de su trabajo individual y colectivo. En él veremos siempre una denuncia contra el poder y la política sobre el cuerpo y de las más dolorosas maneras, pero también con ironía, incluso con el enfrentamiento directo que nos lleve a la vergüenza.

Durante la dictadura argentina Bedoya (1976- 1983) trabajó en el sindicato de obreros gráficos. No fue detenido y tampoco desapareció como muchos, sin embargo no fue ajeno a lo que vendría después. “Se llevaban a la gente hasta de los micros. Yo lo veía. Todos” me dijo hace algunos años en una primera entrevista. Trabajaría después junto a las Madres de la plaza de Mayo haciendo que las calles chillaran. Sus intervenciones en las paredes, pistas y veredas siguieron provocando a los que parecían indiferentes, denunciando desapariciones, asesinatos y torturas. “Era lo que se respiraba. Se sabía” Pero no todos querían aceptarlo. Sin embargo el arte político fue una respuesta tajante en los ochenta y más de treinta años después sigue siendo un acto de resistencia, de memoria pero sobre todo de protección.

Si bien, Gaucholo no es una muestra únicamente política ya que reúne otras facetas de su trabajo, quiero detenerme en “Cultura Trepa-nación”. ¿Cuánto puede decirnos una chapita de Coca cola sobre los huacos precolombinos? Las imágenes hablan por sí mismas. Son intervenciones a piezas artesanales “huaco-retratos destinados al turismo (…) pero apuntadas al arte contemporáneo” comenta Luis Brand, artista e investigador argentino que describe el trabajo de Bedoya en el reciente catálogo de la muestra. Y si, los huacos trepanados van dirigidos como misiles y hacia la realidad de lo que nos pasó bajo el lenguaje del arte conceptual.

“Estamos trepanados por la Coca Cola y tiene que ver también con el tema de la coca, de los Estados Unidos, la enajenación” vuelvo a una frase de Bedoya cuando vi por primera vez estos huacos trepanados por chapitas.

La metáfora parece perfecta. La cultura trepa-nación se basó en un contexto político en el que nuestros países fueron trepados por un poder mayor. Fuimos parte del Plan Cóndor. Morales Bermúdez dejó que gobiernos de otros países cacen y asesinen a su gente aquí. Latinoamerica tuvo una etapa violenta por las dictaduras en sus respectivos países. En la muestra anterior de Bedoya expuesta en el MALI (2014), hay una imagen que apunta como otro dardo. Jorge Videla, el dictador argentino baila con Henry Kissinger cortando con sus movimientos a los demás como una guillette.

¿Trepanaba acaso así su cabeza, las de otros presidentes, las nuestras como las simboliza el artista en los huacos con las chapas de coca cola y nos lleva a la simple imagen de una crítica feroz, de un recuerdo horroroso para muchos, y la reconstrucción de un pasado para otros, que no lo vimos directamente pero del que supimos con vergüenza?

“El corte, la trepanación y el bloqueo. Bedoya trabaja hace años el corte (…) siempre recordábamos con Bedoya que el sponsor oficial del fútbol de Argentina 1978, organizado por Videla había sido “Gillette” (…) el otro sponsor era, precisamente Coca cola” cito nuevamente a Luis Brand.

Si bien Bedoya no apunta directamente al fútbol –no olvidemos el 6-0 entre Perú y Argentina y al mismo Videla entrando a los camerinos del equipo peruano- trepana sobre el discurso de la enajenación y lo hace con ironía. La imagen puede llegar a ser monstruosa en un contexto político, sorprendente si nos agarra desprevenidos, pop y alucinante si lo vemos como objetos curiosos que se contradicen por completo y que forman una escultura bajo conflicto. Bedoya rompe las azas de los huacos, deja huecos y trepana otros. Este es uno de los más increíbles trabajos críticos del artista y antes que ser un diálogo son una postal política de los ochenta que no puede dejar de ser enviada desde esos años hasta ahora. Nada contra la Coca cola.


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Redacción mulera

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