Sobre la expulsión de Carlos Zambrano, que a la postre propició la eliminación en semifinales de la selección peruana en la Copa América ante Chile, ya se ha dicho bastante. Esta no es la primera vez que el peruano se ve involucrado en una situación similar por su falta de madurez emocional.
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Así lo recordó el periodista deportivo Eddie Fleischman, que calificó de “estupidez absoluta” e “irresponsabilidad total” la acción de Zambrano en un momento en el que Perú empezaba a tener un ritmo de juego constante y mayor presencia ofensiva en el arco custodiado por el chileno Claudio Bravo.
El historial de expulsiones de Zambrano es largo y no solo incluye actuaciones con la camiseta de la selección, sino también con la de su club, el Eintracht Frankfurt de la Bundesliga alemana, donde fue echado del campo muchas veces por jugadas desleales.
Y es que la buena campaña que venía realizando el defensa central de la blanquirroja en la Copa América se vino abajo justo en un momento clave, cuando más equilibrio emocional debía mostrar: recibió la roja apenas a los 20 primeros minutos del encuentro por dejarle los toperoles en la espalda baja a un jugador chileno.
En una jugada anterior, el árbitro le había sacado una tarjeta amarilla por trabar fuertemente a un rival, y antes de eso ya había recibido una advertencia tras un choque que protagonizó con Arturo Vidal, en el que empezó a aflorar su 'cabeza caliente'.
El descargo de Carlos Zambrano no se hizo esperar. A través de su cuenta de Instagram, el jugador hizo un mea culpa y aceptó -en un tono algo confrontacional- que su expulsión perjudicó a la selección, al tiempo que agradeció el esfuerzo de sus compañeros pese a haberlos dejado en inferioridad numérica.
Sin embargo, el zaguero publicó esta mañana en su cuenta de Facebook un mensaje más calmado y sobrio en comparación al anterior. En él, ofrece disculpas a la afición peruana por el error que cometió y asegura que aprenderá de esta experiencia.
¿Pero cuántas veces más veremos esta clase de mensajes suyos? Lo único cierto es que mientras Zambrano no trabaje en controlar sus emociones en el campo de juego, continuará afectando sus actuaciones con su club y con la selección peruana. Las eliminatorias a Rusia 2018 están a la vuelta de la esquina y Zambrano debería ser pieza fija en cualquier plan táctico. Pero si lo sacan de la cancha, no le servirá a nadie.
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Foto de cabecera de EFE
