Óscar Gonzáles Rocha, presidente de Southern Copper (responsable del proyecto minero Tía María), ha señalado, no pocas veces, que la empresa que dirige siempre se ha preocupado por el cuidado del Medio Ambiente (en los medios de comunicación hay una 'agresiva' publicidad sobre ello). No obstante, existen informes de la Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minas (Osinergmín) y la Oficina de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) que señalan lo contrario

La República ha publicado un informe sobre las sanciones (por daños ambientales) que ha recibido la empresa minera de parte de los organismos estatales mencionados. En total son 16 (desde el 2000 hasta la fecha). Cinco de estos incidentes sucedieron en la refinería y fundición de cobre en Ilo (Moquegua).

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En el 1997, Southern Copper y el gobierno de ese entonces firmaron un convenio que comprometía a la empresa a modernizar sus instalaciones de Ilo  y cumplir así el exigente Programa de Adecuación de Manejo Ambiental (PAMA) que tenía como finalidad reducir los altos de niveles de contaminación en la zona. 

Cabe mencionar que a la refinería y fundición llegan minerales concentrados obtenidos de Cuajone (Moquegua) y Toquepala (Tacna), propiedad de la transnacional.

Diez años después -una vez terminado el PAMA- el panorama ambiental no era bueno. Según los especialistas contratados por Osinergmin , se detectaron emisiones de partículas al aire de hasta 219.4 miligramos por metro cúbico (el límite es 100 miligramos).  

Además se registró tres efluentes contaminantes arrojados al mar por la fundición. En uno de ellos incluso -localizado a 50 metros de la puerta de acceso a la fundición- los especialistas hallaron un concentración de arsénico de 8.009 miligramos por litro, lo cual superaba largamente el límite establecido

Meses después, en una nueva inspección (17 de julio del 2007) se encontró que las emisiones de partículas al aire del horno Isasmelt llegaban hasta 610.62 miligramos por metro cúbico. En otras palabras, la contaminación se había incrementado hasta seis veces.

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Una tercera evaluación en noviembre del 2009 y se encontró emisiones de 136 miligramos por metro cúbico (el límite es 100). ¿Y cuáles fueron las consecuencias de esta contaminación? El estudio lo detalla así: 

"Las partículas (que emite el horno Isasmelt) incrementan las reacciones químicas en la atmósfera; reducen la visibilidad; reducen la radiación solar, con los cambios en la temperatura ambiental y en las tasas biológicas de crecimiento de las plantas; riesgo para los pulmones; ensucian las materias del suelo; incrementan la posibilidad de precipitación (lluvias), la niebla y las nubes". 

Aunque Southern Copper se empeña en decir -a través de la publicidad- que se preocupa del medio ambiente, lo cierto es que poco ha hecho para revertir la contaminación que ocasiona. En mayo de 2009, pidió a Osinergmin aprobar el "Plan de Cese de Proceso/Instalación correspondiente a la Chimenea de Higiene del Edificio Horno Isasmelt".

A pesar de ello, poco cambió. Por ello las sanciones no se hicieron esperar. En mayo del 2010, el regulador multó a la minera debido al incumplimiento del PAMA. La firma no aceptó esta resolución y recurrió al Poder Judicial.

Dos años después, la OEFA, por su parte, sancionó  a Southern Copper por el caso de contaminación reportado el 17 de julio. Luego, en 2014, la empresa recibió otra sanción por la contaminación producida por el horno Isasmelt, según la auditoría del 2009.  No obstante, de nuevo, la minera se negó a pagar la multa y recurrió al Poder Judicial.

Con estos antecedentes, es comprensible que la población de Islay no confíe en las palabras de los representantes de Southern Copper, aun cuando esta compañía goza del beneplácito del Gobierno. Recordemos que la Fiscalía de Prevención del Delito de Ilo denunció por delitos ambientales a Óscar Gonzáles Rocha.

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[Foto de portada: Semana Económica]