Un hombre fue hallado decapitado a la entrada de una fábrica en la localidad de Saint-Quentin-Fallavier, en el departamento de Isere (sureste de Francia), en un supuesto atentado en el que también se registraron varios heridos. 

Según la página web del diario local Le Dauphiné Liberé, un vehículo ingresó a la empresa Air Products, en una zona industrial, y colisionó contra varias bombonas de gas dentro de la fábrica, lo que originó una explosión en la que un número indeterminado de personas resultaron afectadas.

Junto al hombre decapitado -cuya cabeza tenía inscripciones en árabe-, los presuntos autores depositaron una bandera del Estado Islámico, según las fuentes.

Tras conocer del atentado terrorista de Isere, el presidente francés François Hollande abandonó el Consejo Europeo en Bruselas para volver a París y convocó en el Elíseo una reunión del Consejo Restringido de la Defensa.

“No hay duda de que se trata de un ataque terrorista”, dijo Hollande, que confirmó que un sospechoso ha sido detenido e identificado y que se han tomado las medidas necesarias para evitar nuevas acciones en la zona.

Se trata de Yasine Sali, de 35 años y originario de Saint-Priest, en la periferia de Lyon, que carecía de antecedentes penales, pese a que estuvo vinculado con movimientos salafistas y fue vigilado por los servicios de inteligencia de 2006 a 2008, según informó el Ministerio del Interior galo.

“La intención del hombre era provocar una explosión y no hay duda que se trata de un ataque de naturaleza terrorista, dado que además ha sido encontrado un cadáver decapitado con inscripciones”, explicó el mandatario en conferencia de prensa antes de trasladarse a París.

En ese sentido, Hollande dijo que conviene “hacer el trabajo que esperan los franceses” y “estar a la altura de las circunstancias”:

“Más allá de la emoción, hay que actuar para prevenir y disuadir, no hay que ceder al miedo", apuntó el presidente galo, que afirmó que “hay que erradicar a los grupos o individuos responsables de estos ataques”.

Con información y foto de cabecera de EFE