Hoy se reunió el Eurogrupo, en lo que se consideraba una decisiva cumbre para resolver la situación económica de Grecia. Sin embargo, la junta terminó sin avances ni acuerdos luego de 'revisar' la nueva propuesta de reformas presentada por el primer ministro griego, Alexis Tsipras.
No sorprende, pues los ministros del Eurogrupo habían advertido que este encuentro sería irrelevante si Grecia no incorporaba en sus reformas posiciones cercanas a sus instituciones acreedoras en torno a medidas presupuestarias y fiscales. Si bien esta semana continuarán las conversaciones, no pocos analistas ya ven una posible salida de Grecia de la zona euro, de cara al 30 de junio, cuando finaliza la prórroga del segundo rescate.
¿Qué haría Grecia si sale de la Unión Europea?
Sin acuerdo, probablemente Grecia no podrá pagar los vencimientos del FMI por un total de 1,600 millones de euros (US$1,815 millones), como tampoco los 6,700 millones (US$7,600 millones) que debe devolver al BCE en julio y agosto.
Tras declarar el impago, el BCE limitaría el acceso al mecanismo de asistencia (ELA) a la banca, una de sus pocas fuentes de liquidez, que la institución monetaria europea ha aumentado en dos ocasiones esta semana hasta unos 87,000 millones de euros (US$98,700 millones).
A su vez, esto conllevará la imposición de un control de capitales para evitar mayores sangrías en los depósitos, lo que, según los analistas, podría llevar a un 'corralito'.
En ese caso el gobierno podría estar obligado a emitir pagarés para poder abonar sus salarios a los funcionarios y a los pensionistas y, a medio plazo, si no se alcanza un acuerdo, introducir una nueva moneda fuertemente devaluada respecto al euro.
Este escenario podría convertirse en una oportunidad para que Grecia pueda salir de la crisis, según algunos analistas, pero también en un grave peligro, pues la introducción de una moneda nacional desencadenaría un círculo vicioso de inflación galopante, mercado negro y pobreza generalizada.
Esta situación podría llevar a alcanzar un acuerdo a corto plazo que implique la extensión de tres meses del programa actual.
Si en ningún caso hay este pacto ni a corto ni a medio plazo, la consecuencia final podría ser la salida de Grecia del euro, un hecho sin precedentes en la eurozona.
Los tratados europeos prevén la progresiva adhesión a la moneda única de todos los miembros de la Unión Europea (UE), pero no el abandono de esta, por lo que los expertos solo ven posible una salida del euro si va acompañada de una marcha de la UE.
La incertidumbre ha hecho que en los últimos días la salida de depósitos haya aumentado considerablemente y en lo que va de semana ascienda ya a unos 3,000 millones de euros (US$3,404 millones).
Sin embargo, el gobierno griego ha recalcado que el control de capitales "no se plantea" y ha subrayado que los depósitos están seguros y que el sistema bancario es fuerte.
Por su parte, la población griega está mayoritariamente a favor de seguir en la eurozona, como muestran varias encuestas. Según la última, realizada entre el 11 y el 17 de junio por la empresa Public Issue, el 60% de los griegos tiene una percepción positiva sobre el euro, frente al 36% que lo ve de manera negativa.
Por una parte, están los que temen que la salida de la moneda común deje al país, por ejemplo, sin liquidez para hacer frente al pago de salarios y pensiones y agrave la situación de una población duramente golpeada en estos seis años de crisis.
Otros, en cambio, son partidarios de llevar las negociaciones al extremo para lograr que no se impongan las exigencias de los acreedores, pues aseguran que ya lo han perdido todo y no temen una vuelta al dracma, que a la larga consideran beneficiosa.
En este sentido, el 62% considera que el gobierno no debe capitular en las conversaciones con los socios, mientras el 34% querría a todo costo un acuerdo.
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