El factor sorpresa de las oficinas tipo parque de juegos -con toboganes, mesas de ping pong y salones de juego coloridos- se ha desvanecido, pero no así el debate respecto a la efectividad de este tipo de lugares de trabajo.
Parece razonable, en todo caso, pensar que un diseño juvenil ayuda a los empleados a mantenerse jóvenes de espíritu, lo que podría beneficiar a las empresas. Un nuevo estudio alemán, que genera índices de productividad a partir de la edad subjetiva de 15 mil trabajadores en 107 empresas, parece indicar que la relación entre juventud de espíritu y productividad es acertada. El estudio estuvo a cargo de tres investigadores, liderados por Florian Kunze, de la Universidad de Konstanz, y reporta que los trabajadores que se sienten más jóvenes de lo que son cumplen más metas de trabajo.
"En otras palabras, un equipo de trabajo que se siente más joven que su edad cronológica beneficia los resultados de la compañía entera", afirma el estudio en el Journal of Applied Psychology.
Aunque usualmente los intentos por vincular la edad con la productividad empresarial se concentran en la edad real de las personas, un estudio de 2006 demostraba que, a partir de los 25 años, nos sentimos menores de lo que somos. Ya que sentirse joven se ha asociado con demostrar salud y vitalidad, Kunze y sus colaboradores se preguntaron si una mentalidad rejuvenecida podría afectar también la productividad.
El estudio de Kunze les preguntó a trabajadores de distintos sectores productivos su edad real y su edad subjetiva, además de sus medidas de auto-calificación laboral. Las oficinas de recursos humanos y administración ofrecieron detalles sobre el estilo de cada compañía y sus medidas de éxito, como la actividad financiera y el mantenimiento de los empleados.
Los trabajadores se sentían menores que su edad real: en promedio, 4.4 años menores. Comprobando los estudios anteriores, los trabajadores menores de 25 se sentían mayores por un año. Pero los trabajadores mayores compensaban con creces a los más jóvenes: los de entre 30 y 49 años se sentían unos cinco años menores que su edad real, mientras los mayores de 50 se sentían más de 8 años menores.
Esa mentalidad juvenil tuvo resultados positivos. Kunze y sus compañeros encontraron que, mientras menor sea la edad subjetiva promedio de una compañía, mayores las metas alcanzadas por su equipo de trabajo. Su análisis también mostraba que el mayor cumplimiento de metas aumentaba la productividad general de la empresa. En otras palabras, los trabajadores que se sentían más jóvenes de lo que eran hacían más cosas durante su jornada de trabajo, y el negocio en general se beneficiaba.
Aunque los resultados del estudio no pueden afirmar exactamente por qué los trabajadores que se sienten mejor trabajan mejor, hay algunas explicaciones posibles. Muchos profesionales jóvenes se sienten motivados para crecer en sus carreras, mientras los trabajadores mayores suelen concentrarse en mantener sus posiciones y reducir riesgos. Así que una compañía cuyos empleados se sienten más jóvenes puede perpetuar una cultura juvenil: empujándose unos a otros a exigirse más, incluso los trabajadores que de hecho son menores se sentirán inclinados a esforzarse más.
"Por ejemplo, en una empresa nueva de alta tecnología las normas de la edad podrían indicar que los empleados se sientan jóvenes y dinámicos", afirma el estudio.
Sin embargo, establecer una relación entre la edad subjetiva de los trabajadores y el éxito de una empresa no es del todo seguro: estadísticamente, esa relación solo se mantuvo en compañías con un ambiente de trabajo dinámico. Un negocio dinámico es uno en el que las cosas se ajustan frecuentemente al paso, sea porque las preferencias de los clientes cambian rápidamente o porque sus productos tienen tiempo de vida de corto plazo. Las compañías con campos de trabajo menos volátiles no mostraron ningún cambio en la productividad relacionado con la edad subjetiva.
Lo investigadores postulan que los empleados que se sienten más jóvenes son suficientemente 'flexibles cognitiva y emocionalmente' para enfrentarse a las metas cambiantes de las compañías dinámicas. En las estables, en cambio, el mantenimiento del status quo es suficiente para el éxito. La juventud hambrienta y la confiabilidad adulta tienen cada una su lugar.
Hay otros problemas al hablar de la edad subjetiva en este tipo de estudios: es posible que algunos participantes confundiesen la edad subjetiva con la edad de la apariencia física. Además, fue la administración quien proveyó las medidas de éxito de la compañía, no alguna entidad pública. Sobre todo, la cuestión es que el análisis estadístico no es capaz de afirmar objetivamente que la percepción de la propia edad sea la causa del cambio en productividad laboral.
Si se asume como cierto, el estudio es financieramente convincente para que las empresas ayuden a sus trabajadores a sentirse eternamente jóvenes. "Nuestros resultados implican que las compañías podrían preocuparse menos sobre la edad cronológica de sus empleados, y tomar medidas para estimular el sentimiento de juventud de sus equipos de trabajo, especialmente si operan en un ambiente dinámico", concluyen los investigadores.
[Via Fast Company.]
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