Para empezar, hay que resaltar el titular de la nota que da cuenta de la noticia: "Fiscalía investiga a vicepresidente del Congreso por nexos con Belaunde". No se menciona el nombre del congresista investigado, Norman Lewis, porque, seamos sinceros, ¿alguien escuchó algo de él antes?
Lo sorprendente es que este parlamentario, de la bancada Unión Regional, es el segundo vicepresidente del Legislativo, nada menos. Pero -como tantos otros- ha pasado más bien desapercibido.
Lo grave del caso es que, como informa La República, los indicios de sus vínculos con la organización delictiva de Martín Belaunde Lossio son tan claros que el Ministerio Público ha decidido iniciar la indagación.
Lo que se busca determinar es si Lewis del Alcázar intervino en la irregular adjudicación de millonarias obras en Cajamarca. Esto, a través de su relación con los empresarios Víctor Jaramillo Alva y Eduardo Fernández Villa, representantes de los consorcios "El Tingo" y "Tayapampa" y hoy detenidos por sus vínculos con el exasesor nacionalista.
Lewis hizo su descargo, por supuesto, y dijo que cuando trabajaba como regidor de la Municipalidad de Maynas (Loreto), en 1999, conoció a Belaunde Lossio porque iba a visitar a su esposa, quien trabajaba en la comuna. "De esa fecha hasta hoy día nunca mantuve una reunión con él", señaló.
Y aunque Lewis parece estar como ausente en el Congreso, no es la primera vez que recibe cuestionamientos: Panorama informó hace unos meses que, en el año 2006, fue condenado a cuatro años de prisión por peculado y usura, y purgó condena en el penal de Guayabamba. ¿Su defensa? Que se trató de "una burda persecución política".