Un grupo de investigadores de la Universidad de California en Berkeley ha descubierto el mecanismo cerebral gracias al que mantenemos la misma impresión de una cara particular, aun cuando cambia. Aunque pareciera que nuestro cerebro nos engaña al combinar la cara de, por ejemplo, un actor con su doble de acción, este 'desfase de percepción' es realmente un mecanismo de supervivencia que nos da un sentido de estabilidad, familiaridad y continuidad en lo que, de otra manera, sería un mundo visualmente caótico.

"Si no tuviésemos la arbitrariedad de ver una cara como la misma en distintos momentos, nuestra percepción de las personas sería muy confusa. Por ejemplo, un amigo o familiar se vería como una persona completamente diferente cada vez que mueve su cabeza o hay un cambio de luces y sombras", explica Alina Liberman, una estudiante del doctorado en neurociencia en la Universidad de California y autora principal del estudio publicado en la revista Current Biology.

Los participantes en el estudio, a los que se pedía buscar una coincidencia exacta entre una cara modelo y una selección en una pantalla de computadora, consistentemente identificaban una cara que no era el modelo, sino una composición de las caras que habían visto durante los anteriores segundos. Es más, los participantes consideraban que la coincidencia era más similar a la cara modelo de lo que realmente era. Los resultados ayudan a explicar cómo los humanos procesamos la información visual de un momento a otro para estabilizar el ambiente.

"Nuestro sistema visual pierde sensiblidad antes los dobles de acción en las películas, pero ese es un pequeño precio a pagar por la posibilidad de percibir la identidad de nuestros cónyuges como estable", dice David Whitney, profesor asociado de psicología en la Universidad de California y tutor del estudio.

Investigaciones anteriores en el laboratorio de Whitney establecieron la existencia de un 'Campo de Continuidad' en el que fusionamos visualmente objetos similares que se presentan durante 15 segundos. Por ejemplo, ese estudio ayudó a explicar por qué no nos damos cuenta de errores en las películas, como cuando el polo de Harry Potter cambia repentinamente en La Orden del Fénix.

El más reciente estudio de Liberman y Whitney se suma a esto, comprobando cómo se aplica el Campo de Continuidad a nuestra observación y reconocimiento de rostros, que puede decirse que es una de las más importantes funciones humanas de percepción y socialización.

"Sin la extraordinaria habilidad de reconocer rostros, muchas funciones sociales se perderían. Imagínate recoger a tu hijo del colegio y no poder reconocer cuál es tu niño", propone Whitney. "Afortunadamente, este tipo de ceguera de rostros no es común. Lo común, en cambio, son modificaciones en el punto de vista, ruido, enfoque y luz que podrían causar que los rostros se vean muy distintos de un momento a otro. Nuestros resultados sugieren que el sistema visual está parcializado en contra de esta percepción fluctuante y a favor de la continuidad."

Para comprobar este fenómeno, los participantes del estudio vieron docenas de caras que variaban en similaridad. Cada seis segundos, una 'cara modelo' aparecía en la pantalla por menos de un segundo, seguida de una serie de caras que se fundían al pasar de la una a la otra. Los participantes observaban las caras hasta encontrar la que más se aproximaba a la cara modelo. Una y otra vez, las caras escogidas eran una combinación de las dos caras modelo más recientemente vistas.

"Sin importar si los participantes veían muchas caras hasta encontrar una coincidencia o si escogían rápidamente qué cara veían, la percepción de una cara siempre se dirigía a identidades faciales que veían durante los últimos 10 segundos", afirma Liberman. "Es más, si las caras que los participantes habían visto recientemente eran todas muy distintas, el sistema visual no fusionaba esas identidades, indicando que el desfase de percepción depende de la similaridad de las caras vistas recientemente."

En un experimento de seguimiento, las caras se veían desde distintos ángulos en vez de vistas frontales, para asegurar que los participantes no se agarren de un rasgo en particular, como las cejas o una sombra en la mejilla, sino que reconozcan todas las facciones.

"Las caras secuenciales que son similares entre sí muestran un parecido de familia mucho más fuerte del que realmente existe entre ellas, simplemente por el Campo de Continuidad de los rostros", explica Liberman.

[Via Eurekalert.]



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