Muchas de las margarinas, los panes de molde, los helados, los fideos instantáneos, las masas de las pizzas, entre otros productos, tienen como insumo toda la controversia del aceite de palma.  

Se trata de una grasa vegetal que, además de tener grasas saturadas, para ser cultivada en Indonesia y Malasia, las principales fuentes de Europa de este aceite, se depredan los bosques autóctonos.

Por ello la ministra de medio ambiente de Francia, Ségolène Royal, ha promovido el boicot contra una de los productos más populares: la Nutella que tiene un alto contenido de aceite de palma. La declaración se enmarca en la previa de de la cumbre del clima que se llevará a cabo en París en diciembre. La deforestación es justamente uno de los principales factores que contribuyen al calentamiento global. Bélgica y Suecia también apoyan la causa.

“Grandes áreas de bosques tropicales y otros ecosistemas se han despejado para dar cabida a grandes monocultivos de palma aceitera. Este cambio ha destruido el hábitat para muchas especies en peligro de extinción como los rinocerontes, elefantes y tigres”, señala la mayor organización conservacionista, WWF . “La quema de bosques para dar espacio al cultivo también es una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero. A esto se suma la contaminación del suelo, la erosión y la contaminación del agua”.

Malasia, por ejemplo, el segundo productor mundial de aceite de palma tras Indonesia, tiene más de cinco millones de hectáreas para el cultivo de este. Pero el cultivo de esta grasa se extiende a Sudamérica, Asia y el este de África. 

En Perú se calcula que hay 600 mil hectáreas para el cultivo de palma aceitera. El ministro Milton von Hesse señaló en una oportunidad al diario La República que la deforestación para el cultivo no era el caso de nuestro país. Por el contrario, dijo, el aceite de palma era un aliado contra el narcotráfico.