Perú debutó con derrota en la Copa América, nada menos que ante el Brasil de Neymar. Quizá la percepción de que nos pudo ir mejor se deba, en parte, a que las expectativas en el equipo de Ricardo Gareca no eran muchas.
En ese contexto, la selección peruana hizo un partido aceptable al 'scratch'. Fue un 2-1 en un partido en el que, una vez más, como reza el dicho, 'jugamos como nunca y perdimos como siempre'.
Pero, ¿qué lecciones nos dejó habernos medido con un equipo superior, con un Neymar superlativo?
El punto más débil: La defensa
Los equipos ganadores se hacen de atrás hacia adelante. En la zaga tenemos un serio déficit. Zambrano y Ascues recién se conocen, al menos como pareja de centrales. Y lo sufrimos, sobre todo por izquierda, donde 'Loco' Vargas fue un puerta abierta para Dani Alves y para cualquiera que asomó por ahí. Por ahí llegó el primer gol de Brasil, el empate transitorio que puso Neymar, que cabeceó solo un centro del lateral del Barza.
El partido lo terminamos perdiendo (2-1) sobre la hora por una negligencia defensiva (desconcentración le dicen en el argot pelotero). Otra vez Neymar marcó la diferencia, cruzó una pelota al borde del área para dejar solo a Douglas Costa, que definió ante la salida de Gallese. Nadie cerró. Nadie lo vio.
La defensa quizá es el principal reto de Gareca. Ahí es donde más trabajo tiene. Ascues no es central, pero el 'Tigre' apostó por él porque tiene orden y le puede dar una salida más clara a Perú desde atrás. Contra Brasil esa idea no funcionó, pero no hay muchas opciones ahí. Es Ascues o Ramos, y el primero da más seguridad y tiene mejor pie, pero tiene que complementarse mejor con Zambrano.
Equilibrio en el medio
Lobatón estuvo claro con el balón en los pies, como suele serlo. Representa el triunfo del talento sobre el físico. Pero en la primera línea de volantes no se complementó bien Ballón, que tampoco es un perro de caza. El resultado: Neymar se dio un banquete. Siempre que arrancaba en mitad de campo, apilaba rivales y llevaba peligro al arco peruano.
La sensación que quedó al final es que dejamos jugar a Neymar, le dejamos hacer lo que quiso, nadie se animó en serio a ajocharlo, con o sin balón, nadie le quiso oponer mayor resistencia. Lo sintió el mismo Paolo Guerrero, quien se quejó de ello tras el partido: "Respetamos mucho a Neymar", dijo.
Paolo-Farfán, el acierto
El primer gran acierto de Gareca parece ser su apuesta por la dupla ofensiva entre Jefferson Farfán y Paolo Guerrero. Ese es el puesto de Farfán, y por fin un entrenador se animó a hacerlo. Todos sus antecesores, por hacerle sitio a Claudio Pizarro en el ataque, separaron a Paolo de la 'Foca'. El 'Tigre' puso las cosas en su sitio. El otro acierto de Gareca parece ser Cueva, que hasta ahora le ha respondido bien. Pero el principal problema del volante de Alianza es su actitud y su poco aprecio por la disciplina. Puede ser una bomba de tiempo.
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