El caso de los hermanos adolescentes que se inyectaron petróleo para parecerse a los concursantes de un programa de televisión, ha vuelto a poner sobre las mesas de debate si el contenido de los llamados 'realities' perjudican o no al público al que se dirigen.
Y es que los menores intoxicados que permanecen en un hospital de Arequipa son solo el último de los episodios en que el fanatismo hacia estos programas han derivado en accidentes (recordemos el famoso juguete de las tuercas mariposa) o histerias desmedidas producto de la idealización de quienes participan en ellos.
En su programa de RPP, la periodista Patricia Del Río tocó el tema junto a Carlos Tapia (y bueno, también Luis Solari), visto desde un lado que estuvo también en medio de la polémica los últimos días, luego que una actriz hiciera un video corto explicándole a las adolescentes que tener un hijo no es tan fácil como lo pintan en dichos programas. Obviamente, la respuesta a esta por parte de las concursantes que se sintieron 'aludidas' provocaron que su 'hinchada' la pusieran como camote.
Aquí lo dicho hoy por Del Río:
"Lo triste es que esos programas no solo venden chicos guapos y musculosos, sino lo que hacen de la vida privada. Salen todo el rato 'fulano enamorado de mengano' y después cambian de enamorada, y a los tres meses salen embarazadas y la chica da a luz antes las cámaras… Yo no tengo ningún problema con que la gente tenga hijos y que los tengan jóvenes, me da lo mismo, pero tener un hijo no es un tema que se hace frente a las cámaras para ganar rating. Hay otro tipo de modelos, que no solo tienen que ver con los músculos, que se están pasando de la raya. O yo soy muy cucufata, no sé".
Para el analista Carlos Tapia, la problemática se resume en el acostumbrar a los jóvenes a tomar los caminos más fáciles para alcanzar un 'éxito' que diariamente este tipo de shows les ofrecen.
"Hay un aspecto que no estamos viendo en este caso. No es solamente el adalid del musculoso, que es el modelo de las condiciones para el 'éxito social', sino 'la teoría del atajo'. El atajo en la política lleva a la corrupción. En los malos negocios, lleva a nosequé, y para tener un buen cuerpo te lleva a inyectarte petróleo".
No tenemos más que decir.
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