Hoy y mañana se llevará a cabo la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Unión Europea (Cumbre Celac-UE) en Bruselas. Sin duda, los peruanos estaremos atentos a la firma del proceso de inicio del acuerdo para la eliminación de la visa Schengen (que recién estaría listo en octubre o noviembre). Pero la presencia del presidente Ollanta Humala –que estará acompañado de representantes de la Confiep y de la Cámara de Comercio de Lima– también servirá para evaluar los avances en proyectos bilaterales y multilaterales que se tiene con Europa.

Por ejemplo, se espera el anuncio del programa 2020, que tiene un fondo de 85,000 millones de euros, que está dedicado a ciencia, tecnología, investigación e innovación, y que contempla extenderse a América Latina. 

Asimismo, la firma del acuerdo para la instalación de un cabo de fibra óptica entre la UE y América Latina, que llegaría a algunos países sudamericanos. El objetivo de esta iniciativa es que las comunicaciones entre ambas regiones dejen de transitar por América del Norte.

En declaraciones al diario Gestión, la embajadora de la Unión Europea en el Perú, Irene Horej, agrega que la cumbre también buscará facilitar el desarrollo de las pymes y su internacionalización, "lo que abrirá oportunidades para las pymes peruanas", asegura.  

Pero en esta cumbre hay más. También se hablará del crecimiento sostenible, la educación, la seguridad, el tráfico de drogas, la emigración y el cambio climático. Y lo que mucho esperan, pero sobre todo los cubanos, el restablecimiento de los lazos entre Cuba y la UE. Como se sabe, la isla no tiene un acuerdo bilateral con la Unión Europea.

En la cumbre UE-Celac están representados 61 países (28 europeos y 33 latinoamericanos y caribeños). Están ausentes los mandatarios de Argentina, Cristina Fernández; de Cuba, Raúl Castro y de Venezuela, Nicolás Maduro. Tampoco asistirán los presidentes de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; República Dominicana, Danilo Medina ni Guatemala, Otto Pérez Molina. No obstante, asistirán sus cancilleres o vicepresidentes.

En la cumbre deben aprobarse tres documentos: Una declaración política que define los principios y objetivos de la relación mutua; una declaración en la que se reseñan sus posiciones hacia los principales temas de interés común y en algunos casos el interés de una de las regiones con el apoyo de la otra (Declaración de Bruselas); y un plan de acción para el período entre esta segunda cumbre y la siguiente, que será en el 2017.

 

Protestas contra la cumbre

Organizaciones de la sociedad civil de América Latina y la Unión Europea han convocado a movilizaciones –que empezaron ayer– en contra del evento, pues denuncian la “asimetría” en las relaciones entre las dos regiones.

Con una serie de eventos organizados en Bruselas y en Estrasburgo (Francia), las organizaciones no gubernamentales pretenden llamar la atención para un comercio birregional “principalmente basado en la extracción de recursos naturales”, que está “contribuyendo al agotamiento de los recursos no renovables, al calentamiento global y a los conflictos sociales”, dijeron en un comunicado.

La primera manifestación de la serie ha sido un debate público en la capital belga sobre las medidas de austeridad aplicadas en la UE y los tratados comerciales y de inversión firmados por la mancomunidad con varios países latinoamericanos. El evento reunió a parlamentarios de distintos países y representantes de movimientos sociales y sindicatos.

Los activistas sostienen que dichos pactos benefician a multinacionales que violan los derechos humanos e indígenas en los países latinoamericanos y “acaparan los recursos naturales”. Por ello, reafirmaron su llamado a un cambio en la correlación de fuerzas que favorece “a las multinacionales sobre el interés público”.

En ese sentido, urgieron a todos los gobiernos a participar en las negociaciones que se desarrollan actualmente en Naciones Unidas (ONU) con el fin de establecer un instrumento vinculante sobre empresas multinacionales y derechos humanos.

“Las organizaciones sociales han alertado reiteradamente sobre los peligros de unas relaciones comerciales desiguales y han reclamado con urgencia a la UE que promueva unas relaciones más simétricas, que contribuyan al respeto de los derechos humanos y al desarrollo de alternativas sostenibles al modelo económico actual”, afirmaron.

También el tratado comercial que negocian actualmente la UE y Estados Unidos fue objeto de críticas por su interés de “establecer nuevos estándares globales”.