En muchas partes del mundo, la crianza de niños entre parejas del mismo sexo se da de distintas formas, incluso cuando la ley no permite la adopción. Existen muchos padres o madres solteros que conviven con sus parejas gay y, a la vez, con sus hijos. Existen otros casos en que se apela a un donante de esperma, por ejemplo. Y todo esto no es una novedad, por lo que taparse los ojos resulta un absurdo tabú.
Pero el extendido rechazo a esta práctica suele basarse siempre en los mismos argumentos: que los niños sufren una desventaja por convivir con roles "inapropiados"; que son más propensos al 'bullying' en el colegio; o que crecerán emocionalmente más vulnerables.
Sin embargo, muchas de estas críticas no tienen mayor asidero. La gente puede discrepar por creencias morales o religiosas, pero normalmente sus razonamientos no tienen evidencias sostenibles. Por último, muchas de las supuestas "pruebas" de daños sufridos por estos niños son claras excepciones, que también pueden encontrarse -lamentablemente- entre parejas heterosexuales. (Así que, ojo, compartir esta noticia como evidencia seguirá siendo un argumento inválido).
Por ello, un informe del Business Insider recoge algunos estudios -basados en investigaciones científicas y estadísticas- que demuestran algunos conceptos errados sobre el tema.
NO HAY CIFRAS QUE MUESTREN DESVENTAJAS
En Australia, un censo del 2011 contabilizó 33.714 parejas del mismo sexo, 4.000 de las cuales tenían niños viviendo con ellos. El mismo año, pero en Estados Unidos, se encontraron 594.000 parejas del mismo sexo, de las cuales 115.000 criaban niños.
En un estudio comparativo entre niños criados por parejas heterosexuales y otros criados por homosexuales, no se encontraron diferencias significativas ni en el aspecto conductual, educativo, emocional o social.
Y lo mismo ocurre con los niños criados en familias monoparentales: ni padres ni madres solteros mostraban desventajas frente a aquellos emparejados.
"SI NACEN DE DONACIONES, QUERRÁN CONOCER A SUS PADRES REALES"
Otros detractores apuntan que los niños concebidos por donantes inevitablemente querrán conocer a sus padres biológicos. Incluso se han difundido en medios casos de personas en busca desesperada por descubrir sus raíces.
Y es verdad que existen estos casos. Pero también están aquellos que solo lo hacen por curiosidad y otros que no están interesados ni remotamente. No hay ninguna evidencia estadística de que un niño concebido por donantes sufra daños emocionales o sociales por esta condición.
¿PROPENSOS AL 'BULLYING'?
Una investigación del 2008 en los Estados Unidos demostró que muchos niños criados por homosexuales habían experimentado o sido testigos de algún tipo de acoso homofóbico en la escuela.
Pero el mismo estudio reveló otro problema mayor: y es que la queja más extendida fue que se sentían excluidos porque las mismas escuelas les prohibían hablar sobre sus familias.
Además, no se pudo demostrar que la mayoría de niños que sufrieran hostigamientos fueran aquellos criados por parejas del mismo sexo. Las estadísticas, otra vez, eran siempre las mismas.
UN DETALLE IMPORTANTE
Finalmente, si existe algo que sí perjudica el crecimiento de los niños criados por parejas del mismo sexo (algo que, repetimos, ninguna ley impedirá) es el estigma que les puede colocar la sociedad a las parejas homosexuales. Las circunstancias de desarrollo de los menores mejora cuando se da en ciudades o países con un debido respeto a la homosexualidad.
Y por eso es tan necesario que se refuerce el apoyo a los derechos de la población LGBT en todos sus aspectos (uniones civiles, matrimonios, adopciones). Y nada mejor que ese respaldo llegue desde las autoridades de gobierno.
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