Cuando estaba en la universidad, una buena amiga me comentó que sus padres nunca le habían pegado con el fin de 'corregir su conducta'. La confesión me causó sorpresa y al mismo tiempo me hizo comprender de donde surgían la seguridad y la madurez que mi compañera proyectaba.

Educar a un niño con golpes es condenar a un futuro adulto al resentimiento y a la convicción de que los problemas se resuelven 'con las manos'. Quien fue víctima, con los años, se convierte en verdugo.

En nuestro país, lamentablemente, el maltrato infantil no tiene la misma atención que otros problemas sociales. Aún hoy, en pleno siglo XXI, golpear a un niño -con fines educativos- es tolerado y hasta alentado. "Dale un cocacho bien fuerte para que te haga caso", "Un buen correazo para que se porten bien" son frases que todavía persisten en el imaginario cultural de muchos peruanos. Y las cifras lo confirman: el 60% de los niños peruanos son víctima de castigos físicos y humillantes según  Save The Children.

Para desterrar esta problemática social, el Instituto de Formación de Niños y Adolescentes y las Organizaciones de niños y adescentes han lanzado una serie de spots reunidos bajo el título de "Toca la puerta, Interrumpe la violencia" (inspirados en la exitosa campaña “Ring the Bell. One million men, one million promises” lanzada en el 2008 en India).

Los artífices de los materiales audiovisuales explican este proyecto así:

"La acción 'Toca la Puerta, Interrumpe la Violencia' esta compuesta de varios videos que nos animará a tomar conciencia e intervenir cuando seamos testigos de una agresión. Por ejemplo, en uno de ellos se observa como un grupo de niñas escuchan que un padre agrede verbalmente a su hijo llenándolo de insultos. Las niñas interrumpen su juego para tocar la puerta de la casa de esta familia y con el pretexto de pedir un vaso con agua interrumpen este acto". 
"La violencia contra los niños, y adolescentes ya sea en la calle o detrás de puertas cerradas no debería sernos indiferente. Cada uno de nosotros debería evaluar las formas en las que nuestra propia conducta podría evitar una agresión. Se trata de entender que es un problema que nos afecta a todos por lo que no debemos ignorarlo".

Ya los sabes no seas indiferente. Un país que aspira al desarrollo no puede tolerar la violencia contra los niños.

[Foto de portada: Andina]

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