Aún son solo intenciones, pero el deseo de Rusia de romper el predominio del dólar a nivel mundial, es llamativo. Hasta ahora quien rige el funcionamiento monetario a nivel mundial (occidental) es la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales (SWIFT, por sus siglas en inglés) que transacciona aproximadamente 6 billones de dólares diarios.  

Ante el predominio de esta, Rusia cada vez ve más necesario un sistema alternativo ya que las diferencias entre Vladimir Putin y Occidente son cada vez mayores, especialmente por la situación en Ucrania que agravó aún las relaciones después de la Ley de Magnitsky.

Esta última fue creada por Estados Unidos para prohibir el uso de sus sistema bancario y el ingreso al país de todos los involucrados en la muerte de Sergei Magnitsk, un contador ruso que llevó adelante investigaciones tanto oficiales como extraoficiales de fraude, robo y violaciones de derechos humanos del gobierno de Putin. Eso, acompañado de la crisis en Ucrania entre los proeuropeos y los prorusos, en la cual el gobierno de Putin interviene con tropas militares, terminó por tensar aún más relaciones. Al punto que los bancos rusos corren el riesgo de quedar fuera de la sociedad como medida de sanción.

Como señala Forbes, si bien Rusia hace todos los intentos por auparse a la economía de China, esta alianza es casi inexistente hasta ahora. “A pesar de la retórica, a pesar de la incipiente Unión Económica Euroasiática, Rusia necesita a Europa. Y probablemente no quiere cerrar sus puertas con los Estados Unidos, a pesar de tener muy poco comercio con el país”.

El Banco Central de Rusia (RCB) anunció el viernes que va a llevar la idea de un sistema de transacciones para Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (también conocidos colectivamente como BRICS) a sus socios emergentes.

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