Aunque el reelegido presidente de la FIFA, Joseph Blatter, aseguró que no tiene nada que ver con el escándalo de corrupción que destapó la Fiscalía de Estados Unidos la semana pasada, este caso podría salpicarle más temprano que tarde.
Según fuentes ligadas a la investigación en curso que cita el New York Times, las autoridades federales estadounidense señalaron que el lugarteniente de Blatter, el francés Jérôme Valcke, secretario general de la FIFA, en el personaje clave en las transacciones bancarias por US$10 millones que son los elementos centrales del escándalo de soborno que envuelve al fútbol mundial.
La revelación pone el rastro del dinero más cerca a Sepp Blatter. El medio estadounidense señala que Valcke es el "funcionario de alto rango de la FIFA" no identificado que, según los fiscales de EEUU, transfirió US$10 millones en el 2008 a cuentas controladas por otro ejecutivo del organismo, Jack Warner.
El citado pago es un componente clave de la acusación que reveló que Warner habría aceptado un soborno a cambio de ayudar a Sudáfrica a asegurarse el derecho a organizar la Copa del Mundo del 2010.
La acusación no dice que el "alto funcionario" sabía que el dinero estaba siendo utilizado para sobornos y, a diferencia de otros funcionarios de la FIFA y ejecutivos de marketing, Valcke no aparece en el documento como un co-conspirador,
De hecho, Valcke, en un breve correo electrónico al New York Times, dijo que él que no había autorizado el pago y que no tenía el poder para hacerlo, pero las fuentes que hablaron con el medio estadounidense bajo la condición de anonimato porque no estaban autorizados a hacerlo, señalan lo contrario.
Blatter y Valcke son los dos más altos representantes de la FIFA, que cuenta con más de US$1 mil millones en el sistema financiero y genera miles de millones más cada año.
En su defensa, la FIFA, a través de una vocera, Delia Fischer, aseguró que el pago en mención lo autorizó el presidente del comité de finanzas de la época, Julio Grondona, quien murió el año pasado. La portavoz agregó que el pago fue "ejecutado de conformidad con el Reglamento de Organización"
A diferencia de lo que alega Valcke, y según los reglamentos a los que alude Fisher, el secretario general de la FIFA es responsable de mantener las cuentas de la organización y tiene la autoridad para hacer transacciones.
El pago de US$10 millones, que se hizo en tres transferencias bancarias en enero y marzo de 2008, está en el párrafo 192 de la documento federal que se presentó la semana pasada en Nueva York por la fiscal Loretta Lynch, quien dijo que EEUU está decidido a acabar con la corrupción en la FIFA. De la acusación se desprenden situaciones sobre las que el máximo ejecutivo de la FIFA era responsable.
Además, el francés Valcke, quien se unió a la FIFA en 2003 como director de marketing, fue despedido en el 2006 luego de que un juez de Nueva York dictaminó que él y otros mintieron repetidamente en las negociaciones con MasterCard y Visa sobre un acuerdo de patrocinio.
Un tribunal federal de apelaciones de EEUU revocó el fallo en mayo de ese año y un mes después, la FIFA llegó a un acuerdo con MasterCard. Y como 'premio', el buen Blatter volvió a acoger a Valcke en el seno de la organización, pero esta vez incluso como secretario general, o sea, su lugarteniente.
En una entrevista con el Sunday Independent, Danny Jordaan, quien tuvo a su cargo la organización de Sudáfrica 2010, dijo que el momento en que se hizo el pago descarta de que sea una coima. "¿Cómo podríamos haber pagado un soborno de votos cuatro años después de que habíamos ganado la licitación?", dijo al citado medio sudafricano.
Sin embargo, los fiscales estadounidenses sostienen que el esquema de sobornos se dio a lo largo de varios años. En 2004, el comité ejecutivo de la FIFA decidió la sede del Mundial de 2010 y, según la acusación, el gobierno de Sudáfrica estuvo de acuerdo en pagar a Warner y otros miembros de la FIFA US$10 millones a cambio de sus votos para ganar la organización de la Copa del Mundo.
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