Dos altos funcionarios de Estados Unidos han lanzado dos advertencias que indicarían que la administración de Barack Obama está perdiendo la guerra que emprendió contra el Estado Islámico y que la promesa del mandatario de “degradar y destruir definitivamente” a las fuerzas yihadistas en Irak y Siria estaría lejos de cumplirse. 

La primera de ellas vino por parte del primer secretario de Defensa, Ashton Carter, quien recriminó públicamente a las tropas iraquíes por no tener la “voluntad para pelear” contra el Estado Islámico -pese a que señala que los superaban en número- y retirarse de un enfrentamiento en Ramadi, importante ciudad iraquí que actualmente se encuentra en manos del grupo terrorista.

La otra vino por parte del director de la CIA, John Brennan, quien ofreció a lo mucho una defensa superficial de la estategia de bombardeo del presidente Obama al señalar que cree “firmemente” que este problema “no se resolverá en el campo de batalla”.

“Se trata de una combinación de presión política y militar que necesita aplicarse desde ya. Vamos a vencer al Estado Islámico, de eso no hay duda (…) Pero creo que desafortunadamente habrá un gran derramamiento de sangre de vez en cuando”.

En septiembre pasado, Obama anunció en televisión nacional una campaña para combatir la amenaza que representan las fuerzas del Estado Islámico al expandir vastamente una estrategia contraterrorista y enlistar el apoyo de aliados, señalando que Estados Unidos iba a unirse “con sus amigos y aliados para degradar, y destruir definitivamente, al grupo terrorista”.

Pese a que Washington puede citar algunos golpes estratégicos contra este grupo emprendidos en el presente año, el Estado Islámico se ha atrincherado y expandido su alcance como para ser derrotado en el futuro mediato.

Líderes republicanos en el Congreso como John McCain y John Boehner han sido sumamente críticos con la iniciativa de Obama, incluyendo su rechazo a enviar tropas de combate adicionales para ayudar a las fuerzas iraquíes para luchar contra el Estado Islámico.

Sin embargo, los legisladores estadounidenses de la oposición no se han mostrado dispuestos a desplegar una estrategia más agresiva para la administración de nuevas legislaciones para la guerra contra el grupo terrorista, que ha obtenido importantes victorias en las últimas semanas como la toma de ciudades de Ramadi en Irak y Palmira en Siria.

En los últimos meses, en Washington se ha señalado que los bombardeos han sido efectivos en degradar con los seguidores del Estado Islámico en Irak y que -gracias a la presión de las fuerzas iraquíes- el grupo terrorista ha perdido casi un cuarto del territorio que consiguió durante sus ataques relámpago el año pasado. Pero el inesperado colapso y posterior retirada de las fuerzas iraquíes en Ramadi han probado ser una terrible revelación para Carter y otros oficiales de alto rango dentro del Gobierno estadounidense.

Brennan deslizó la idea de que la comunidad de inteligencia de EEUU ha sido sorprendida o agarrada con la guardia baja por la fuerza del Estado Islámico, indicando que al revisar los recientes reportes “se han percatado de una fuerza creciente” del grupo terrorista.

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Con información de The Fiscal Times y foto de cabecera del Business Insider