Monseñor salvadoreño Oscar Arnulfo Romero ha sido beatificado. Y ante tal evento, que va más allá de lo eclesiástico por tratarse de un sacerdote vinculado a la realidad social y cultural de un país que vivió duras décadas de pobreza e injusticia social, vale la pena dar una mirada hacia aquella iglesia que está comprometida con los menos favorecidos.
Y qué mejor que hacerlo recordando lo que ha dicho recientemente el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez Merino durante su estadía en el Vaticano, y –claro está– en medio de la crítica despiadada de la iglesia más conservadora latinoamericana, que en el Perú tiene una base muy sólida, hacia la Teología de la Liberación, en momentos en los que el Papa Francisco ha abierto sus puertas a sus fundadores y seguidores.
- La pobreza también es una cuestión teológica
"La pobreza no solo es una cuestión social, es una cuestión teológica, una cuestión central en el mensaje cristiano. Cuando hablamos de caridad, no olvidemos la justicia. Estamos en la época post-socialista, post-capitalista, post-industrial. A las personas les gusta decir que estamos en la época post. Pero no estamos en la época post-pobreza. La Iglesia pobre y para los pobres, como dice Papa Francisco, es amiga de los pobres", señaló recientemente el padre Gustavo Gutiérrez en el Vaticano, en un contexto en el que la prensa internacional ha considerado como un acercamiento y un acto –de parte del Papa Francisco– de reivindicación para con la Teología de la Liberación.
Aunque cuando los periodistas le preguntaron sobre la Teología de la Liberación y la problemática relación del pasado con la Congregación para la Doctrina de la Fe, el dominico peruano dijo que nunca fue condenado. "Nunca hubo ninguna condena por parte del Vaticano", precisó. "Hubo un diálogo, muy crítico, es cierto, a veces difícil. La noción central de la Teología de la liberación es la opción preferencial por los pobres, esto es el 90% de la Teología de la liberación. Creo que ahora, con el testimonio de Papa Francisco, es más claro. No es un cambio radical, si no hay mayor claridad. El Papa Francisco ha explicado que la opción preferencial por los pobres es una cuestión teológica. Se puede abrir la Biblia y el tema de los pobres está ahí, en el Antiguo Testamento, en el Nuevo Testamento. Están los pobres, no los teólogos… Creo que la crítica y la autocrítica de los teólogos de la liberación fue un paso importante, pero la teología es un acto segundo, no secundario sino segundo. Yo era cristiano antes de ser teólogo. La teología es parte de mi vida, me gusta mucho la teología".
Pero la teología "no puede es una metafísica religiosa, es una reflexión sobre la práctica de la caridad y de la justicia, puede dar una visión a quien está comprometido en la práctica de la caridad y de la justicia", y hoy, que existe "entre la riqueza y la pobreza el mayor abismo que haya existido en la humanidad", la Iglesia, "que existe para dar testimonio del Evangelio", no puede no ocuparse de esto intensamente. En este sentido, "no hablaría de “rehabilitación” de la Teología de la liberación, porque nunca fue inhabilitada, lo importante es “rehabilitar” siempre el Evangelio. Se puede decir que en este momento el clima sobre esta teología es diferente".
A quien le preguntó si volvería a hacer todo lo que hizo en el pasado, Gutiérrez respondió: "Me hacen mucho esta pregunta. Al principio decía que no, y entonces me acusaban de quererme retractar. No era una buena respuesta. Y luego empecé a responder que sí, y me acusaron de no haber aprendido nada. Ahora ya encontré la respuesta adecuada. Al periodista que me hizo esa pregunta le respondí con otra pregunta: “¿Está usted casado?” “Sí” “¿Desde hace cuántos años?” “Veinte” “Usted sería capaz de volver a escribir a su esposa la misma carta de amor que le escribió cuando eran novios?” “No”. Lo mismo vale para mí, hacer teología para mí es escribir una carta de amor a Dios, a la Iglesia, al pueblo de Dios. No estoy seguro de que podría escribir las mismas cosas, pero el amor es el mismo".
- la Iglesia es amiga de los pobres
Una semana antes de esta aparición ante periodistas, el padre Gustavo Gutiérrez escribió en L’Osservatore Romano, el periódico del Vaticano, un artículo en el que señalaba que la atención a los pobres era el punto de partida para la teología de la liberación, y que esta atención a los pobres provino de lo que los teólogos de esa corriente experimentaron en sus propias vidas.
“Nos referimos a los pobres como las no-personas, pero no en un sentido filosófico, porque es obvio que cada ser humano es una persona; en un sentido sociológico, los pobres no son aceptados como personas en nuestra sociedad. Son invisibles y no tienen derechos, su dignidad no es reconocida”, escribió el teólogo peruano.
La publicación del artículo podría ser considerada como una respuesta a las afirmaciones de Ion Mihai Pacepa, un ex general de la policía secreta comunista de Rumania durante la Guerra Fría que desertó a Occidente en la década de 1970. En una entrevista con la agencia de noticias católica (ACI), Pacepa dijo que la KGB había creado la teología de la liberación y ayudó a impulsarla en América Latina.
Para Gutiérrez, hay dos escuelas de pensamiento acerca de la pobreza, y ambas vienen del Evangelio: la primera se centra en la sensibilidad de Cristo hacia los pobres y su sufrimiento, y la segunda, que el mismo Cristo "había vivido una vida de pobreza, y así los cristianos, desde su origen, entendieron que para ser sus discípulos también tuvieron que vivir una vida de pobreza".
"Ambas escuelas son ciertas", dijo, pero "hay que interpretar estos dos puntos de vista sobre las bases de nuestro contexto histórico y de nuestras vidas." El primer punto de vista se puede encontrar en la versión de Lucas (Bienaventurados vosotros los pobres, porque el reino de Dios es la suyo), mientras que el segundo se refleja en Mateo (Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos).
"La pobreza, en la Biblia y en nuestro tiempo no es una cuestión meramente económica. La pobreza es mucho más que esto. La dimensión económica es importante, quizás primaria, pero no es lo único", dice Gutiérrez.
Tomando nota de que hemos llegado a ser más conscientes de las múltiples dimensiones de la pobreza, Gutiérrez dice que "la pobreza era claramente el punto de partida de la teología de la liberación, aunque no habíamos comprendido completamente su complejidad o variedad".
El sacerdote dominico reiteró que los teólogos de la liberación se refieren a los pobres en un sentido sociológico, como personas "que son invisibles y y no tienen derechos". "Es posible ser insignificante por varias razones: Si usted no tiene dinero, en nuestra sociedad es insignificante; el color de su piel puede ser una razón más para ser considerado insignificante ... lo que es común entre los pobres es la insignificancia, la invisibilidad, y la falta de respeto", alerta. Así, "el sentido de la no-persona puede ser causada por varios prejuicios", ya sea por motivos de raza, sexo, cultura o estatus económico.
Como un ejemplo de ello, Gutiérrez mencionó a los pueblos indígenas del Perú, que "son considerados invisibles, irrelevantes ... es la triste historia de la vida diaria de un indígena ... incluso cuando va al hospital para ser curado, es ignorado".
Luego agregó que "la pobreza es hoy un fenómeno de nuestra civilización globalizada. Durante siglos, los pobres han estado cerca de nosotros, vivieron más o menos cerca de nosotros, en la ciudad o en el campo. Sin embargo, hoy nos hemos dado cuenta de que la pobreza va mucho más allá de nuestra mirada, es un fenómeno global, si no universal. La mayoría de los seres humanos en el mundo viven en la condición que llamamos la pobreza".
Este es un punto de inflexión, según el padre Gutiérrez. Hizo hincapié en que en los libros espirituales, morales o litúrgicos del pasado, los escritores "simplemente hablaron de cómo ayudar directamente a los pobres, que estaban cerca de nosotros". Pero "hoy debemos ser conscientes de que nuestros vecinos están cerca y lejos. Debemos entender que una relación de 'barrio' es el resultado de nuestro compromiso".